Las reglas del juego

Rebajas. La palabra mágica que desencadena la mayor parte de las ventas anuales. La veda se abrió el 7 de enero, desde entonces y hasta el 7 de marzo los consumidores entran en una carrera para conseguir las mejores gangas. Pero esta carrera tiene unas reglas que marca la ley de comercio y que regulan "un periodo especial de ventas".

Participar es libre, los comerciantes pueden sumarse a las rebajas todo el periodo o una parte y con los descuentos que estimen oportunos, pero una vez que han entrado en el juego tienen que cumplir sus normas. En Andalucía hay 80 inspectores que dependen de la Dirección General de Consumo de la Consejería de Gobernación, en rebajas medio centenar de ellos visitan por sorpresa las tiendas para comprobar que se cumplen los derechos de los consumidores.

Las tiendas que publicitan rebajas tiene que dedicarle la mitad del espacio

En la comunidad, según datos de Gobernación, el grado de incumplimiento en esta última legislatura es "bajo". "Ha ido oscilando entre el 15% y el 18%". Las infracciones más frecuentes son indicar en la etiqueta sólo el precio rebajado y no el anterior, no separar con claridad los artículos rebajados de los que no lo están, no indicar en un cartel la fecha de comienzo e inicio de las rebajas y no admitir tarjetas de crédito cuando el resto del año sí se hace.

Andrés Nieto es el jefe de servicio de Consumo de la provincia de Sevilla y coordina a 11 inspectores. Este año han realizado ya 200 inspecciones en la provincia de Sevilla, pero el trabajo de calle no concluirá hasta el 7 de marzo, para iniciarse otra vez desde el 1 de julio hasta el 31 de agosto.

"En consumo ha habido un gran cambio en los últimos años. Hemos pasado de una situación en la que el consumidor carecía de información a otra en la que todo el mundo conoce sus derechos y hay un alto grado de cumplimiento por parte de los comerciantes", explica Nieto. El jefe de los inspectores sevillanos revisó el pasado jueves tres establecimientos del centro de Sevilla y comprobó que sí cumplían las normas. "Lo primero en lo que nos fijamos es si tiene el cartel de rebajas y que aparezca también el periodo", dice mientras lo comprueba en una tienda de ropa de calle Tetuán, Va Bene, en la que las rebajas finalizarán el 29 de febrero. "Terminamos antes porque está muy próxima la Semana Santa y queremos sacar el género nuevo", explica Fernando Corona, encargado de la tienda. "Si el comercio ha publicitado las rebajas, con un cartel en la puerta o en los medios de comunicación, comprobamos que, como mínimo, la mitad del establecimiento tiene que estar en rebajas", precisa Nieto. "Después comprobamos que en las etiquetas aparece el precio anterior y el rebajado. También puede haber un precio genérico con el porcentaje del ahorro, como todo a 30 euros o un 20% menos", precisa.

Para evitar la picaresca de algunos comerciantes, que elevaban los precios antes de las rebajas y luego aplican el descuento, de forma que el resultado es el mismo del principio, los inspectores piden las facturas de un producto vendido antes de las rebajas y comprueban que es el mismo precio de partida que aparece ahora.

"Otra de las cosas que hay que vigilar es que lo que se vende en rebajas sea lo mismo que se ofrecía antes, es decir que no sea género comprado especialmente para las rebajas, ni de temporadas anteriores. Para comprobarlo pedimos las facturas de los proveedores", dice el jefe de servicio.

La Ley del Comercio Interior de Andalucía, de 1996, vela también por que las condiciones de pago sean las mismas. "Ningún establecimiento está obligado a hacer devoluciones, ni a aceptar tarjetas de crédito; pero si lo hace el resto del año también tiene que hacerlo en rebajas", dice Nieto. Tras comprobar que todo está en orden en Va Bene, el jefe de los inspectores entra en una de las tiendas de ropa juvenil de la cadena Stradivarius, en la calle Tetuán. "Aquí está claramente diferenciada la zona de prendas rebajadas y la de nueva temporada, más reducida", apunta y repasa otra vez todos los pasos anteriores.