Alan García fue objetivo de los escuadrones de la muerte
El primer ministro peruano, secuestrado en 1992, testifica en el juicio a Fujimori
Al ex presidente peruano Alberto Fujimori le tocó ayer escuchar, durante casi dos horas, el testimonio de un viejo antagonista político. El ahora primer ministro, Jorge del Castillo, testificó en el juicio que se le sigue al ex mandatario que gobernó Perú entre 1990 y 2000 por homicidio calificado y secuestro. Del Castillo contó con detalle la detención que sufrió la noche del 5 de abril de 1992, después de que Fujimori ordenara la disolución del Parlamento y asumiera el poder absoluto del país.
"Pensé que me mataban", declara ante el tribunal Jorge del Castillo
Del Castillo narró que esa noche se encontraba en casa del ahora presidente, Alan García, cuando un comando militar se presentó disparando contra las paredes y exigiendo que García saliese con las manos sobre la cabeza. "Querían eliminarlo físicamente", comentó el primer ministro.
García logró huir, presumiblemente por los tejados de su casa, y días después logró que Colombia le concediera asilo político. Del Castillo, en cambio, fue detenido y conducido a un cuartel militar donde permaneció incomunicado durante cinco días. Durante todo ese tiempo su esposa intentó, sin éxito, establecer contacto con él. "Pensé que me mataban", declaró el primer ministro.
El 10 de abril, antes de ser liberado, Del Castillo fue trasladado a otra instalación, esta vez de la policía peruana, donde se encontró con otros compañeros de su partido (el APRA) que también habían sido detenidos. "Luego me dejaron cerca de mi casa, como a las 6 ó 7 de la mañana", detalló.
Del Castillo consideró que su detención fue un secuestro. Sin embargo, no figura como víctima en el proceso, sino como testigo. A Fujimori se le procesa por haber ordenado presuntamente dos matanzas al Grupo Colina, un escuadrón militar, en las que murieron 25 personas, y dos secuestros en 1992, el del empresario Samuel Dyer y el del periodista Gustavo Gorriti, entonces corresponsal de EL PAÍS en Perú.
No fueron los únicos secuestrados, según Del Castillo, quien entregó al tribunal un documento firmado por el entonces comandante general del ejército peruano, Nicolás Hermoza Ríos, en el que se ordenaba la detención de varias personas, sin especificar los nombres, por "orden superior". El primer ministro consideró que ese mandato sólo habría podido venir del presidente. Fujimori escuchó atentamente y sin inmutarse el interrogatorio a Del Castillo.
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