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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un 'gentleman' comprometido

Pocas causas merecen que uno arriesgue la vida por ellas; pero hay muchas contra las que sí vale la pena jugarse el pellejo: el fascismo, por ejemplo. Así piensa el anónimo protagonista de Animal acorralado: un aristócrata inglés de espíritu libertario e individualista que, tras fracasar en un primer intento de acabar con un dictador en el que es fácil reconocer al mismísimo Hitler, se ve obligado a esconderse cual alimaña para escapar de los sicarios del tirano. Publicada en inglés en 1939, llevada al cine en 1941 por Fritz Lang y reeditada ahora en castellano por Alfaguara, Animal acorralado es una novela extraña, perturbadora y muy recomendable. Puede leerse como una obra de suspense, un ensayo sobre moral y política, una curiosa versión de Robinson Crusoe o como todo ello a la vez.

Animal acorralado

Geoffrey Household

Traducción de M. Torres

Alfaguara. Madrid, 2007

249 páginas. 18 euros

Geoffrey Household (1900-1988) fue un inglés cosmopolita de la estirpe de los Graham Greene y John Le Carré. Trabajó en Europa, Oriente Próximo y América Latina como agente comercial de diversas firmas británicas, colaboró con los servicios de inteligencia de su país durante la Segunda Guerra Mundial y escribió más de treinta libros de ficción. Su protagonista en Animal acorralado detesta el patriotismo -incluido el inglés- y en general todo lo que suponga adhesión borreguil a una idea o emoción; él sólo actúa en función de sus pensamientos y sensaciones y en completa soledad. Si su primera tentativa de asesinar al dictador obedece más bien a razones deportivas (la caza mayor), la consiguiente persecución de los nazis le proporciona un nuevo motivo para intentarlo otra vez: la venganza personal. "Mis planes", dice al final del relato, "están muy adelantados. No saldré con vida, pero no me equivocaré; y esto es realmente lo único que me importa ya".

Las páginas en las que el protagonista de la novela vive escondido en una madriguera de las colinas meridionales de Inglaterra, cual Robinson Crusoe en su isla, son impresionantes. Evidencian la maestría de los escritores ingleses para describir la fauna y la flora, los olores y los colores, los gozos y las penas del mundo rural ("las planicies de Inglaterra en una mañana gris me sugieren la idea del infierno clásico, y la flor de ese averno es la col"). Household hasta le ofrece a su héroe un Viernes particular en forma de un gato asilvestrado al que llama Asmodeus. Uno termina este libro con la lengua fuera y asombrado por su modernidad y profundidad. Dándole vueltas a ideas como ésta: "No le dije que los líderes genuinos no tienen ningún ansia de poder. No me hubiera comprendido". Habla, obviamente, un gentleman, y, como bien practicó y predicó Household, hay ocasiones en las que un verdadero caballero debe comprometerse a fondo.

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