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Sanidad deriva pacientes a un hospital privado que no paga las nóminas

En la clínica de Brunete faltan reactivos para análisis y placas de radiografías

Oriol Güell

Al idilio que la Consejería de Sanidad mantiene con el sector privado, al que cada vez delega más funciones en la atención médica de los ciudadanos, le ha salido una sombra. El hospital privado Los Madroños, en Brunete, y al que Sanidad envía pacientes en lista de espera y afectados por los colapsos en urgencias, vive una crisis que le ha impedido pagar la nómina de diciembre a sus 110 trabajadores fijos. Además, denuncian empleados y ex empleados del centro, la clínica está incurriendo en "prácticas irregulares" como, hasta hace unas semanas, reutilizar material desechable (por ejemplo, los tubos para introducir contraste para realizar escáneres) y "reducir medios materiales y personales por debajo de lo recomendable". Los trabajadores aseguran que faltan reactivos para análisis y placas para hacer radiografías.

18 médicos se van del centro y una aseguradora cancela su contrato

La crisis, por ejemplo, provocó poco antes del verano la fuga de los 12 médicos del servicio de urgencias. "La dirección decidió ahorrar costes cerrando la UCI durante el verano y otros servicios. No hay servicio de urgencias que pueda trabajar de forma responsable así. Los 12 decidimos en bloque que en ese tinglado no queríamos participar y nos marchamos", explicaron ayer dos de ellos, que ofrecieron esta información a cambio de que se preservara su identidad. Los 12 trabajan hoy en otros centros públicos y privados de la Comunidad de Madrid.

Una portavoz del hospital declinó ayer ofrecer su versión sobre los hechos. "Es una campaña orquestada por trabajadores y ex trabajadores que ya hemos puesto en manos de la policía y nuestros abogados", se limitó a informar. El hospital Los Madroños está situado en el kilómetro 17,9 de la carretera M-501, tiene 60 camas y más de un centenar de trabajadores fijos, además de decenas de médicos que operan y tienen consultas externas allí. Abrió sus puertas en verano de 2005 sustituyendo a una residencia para mayores.

Entre los clientes del hospital, además de la Consejería de Sanidad, están casi todas las grandes aseguradoras privadas. Excepto una: Sanitas. "Hace dos o tres semanas dejó de remitir pacientes al hospital", comentan los trabajadores. Un portavoz de la empresa confirmó este extremo, aunque no facilitó más información sobre los motivos de esta decisión.

Los Madroños opera a pacientes que le remite Sanidad para reducir las listas de espera quirúrgica. En las últimas fechas, además, también ha derivado al centro enfermos de los hospitales de Móstoles y 12 de Octubre para paliar los colapsos en las urgencias. "En la última semana han llegado 12 pacientes de las urgencias de los dos hospitales", informaron fuentes del centro.

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Estas fuentes afirman que los problemas financieros empezaron a notarse en la primavera de 2007. "Entonces fue cuando dejaron de pagar a muchos médicos que operan o tienen consulta", explicó ayer un anestesista que ya no trabaja en Los Madroños. Todo el equipo, seis anestesistas, también abandonó el centro. "No era sólo por el retraso en los pagos. Había problemas hasta para encontrar un celador que trasladara a un paciente de cirugía", informó.

Un trabajador que sigue en el centro explica que "faltan reactivos en los laboratorios y placas para las radiografías, al parecer por problemas de pago con los proveedores". "Lo más grave es que se estaban reutilizando materiales de un solo uso como los manguitos para introducir el contraste para los escáneres, y alargando su vida útil, que es de 24 horas, hasta una semana", informa.

En las últimas semanas, varios trabajadores del servicio de radiodiagnóstico "se plantaron" y comunicaron a su jefe que no pensaban seguir con estas prácticas. El resultado fue una nota de aviso, en poder de este periódico, en la que el responsable informó a los trabajadores de que "según el marcado CE, los sistemas para la administración de contraste en los inyectores, independientemente del número de pacientes, nunca deben usarse superando el tiempo establecido (24 horas) ni por supuesto reesterilizarlos. Aprovecho para recordar también que las alargaderas son de un sólo uso".

El hospital Los Madroños, en Brunete.
El hospital Los Madroños, en Brunete.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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