¿Y por qué las autonomías sí?
Si hay uno que nos sepamos todos, es el de Asturias. Quizá porque no apela tanto a la historia y la idiosincrasia de la patria chica: prefiere cantar a lo universal, eso de subirse a un árbol, coger una flor y regalársela a la mujer amada. Pero hay muchos más, y con su letra. En España, sólo cinco autonomías carecen de himno propio: las dos Castillas, Baleares, Murcia y La Rioja. El resto pueden cantar al "terruño", como Cantabria, o a "la ley tradicional", como Navarra; a la "costa verdeante" los gallegos, y a los "semáforos" -menos poético pero muy honesto por su parte- los madrileños.
Hay quien, en estos días de polémica a cuenta de la propuesta de letra para el himno español, ha cuestionado los versos del autor, Paulino Cubero, porque "recuerdan a tiempos pasados". Eso, en realidad, parece ser una característica inherente a casi todos los himnos.
En Galicia se vivió hace dos meses un momento de éxtasis nacionalista a cuenta del centenario de la primera interpretación de su himno, con letra de Eduardo Pondal y versos como éste: "Nunca te olvides de la injuria y el rudo encono; despierta de tu sueño, hogar de Breogán". O éstos: "Los buenos y generosos nuestra voz entienden [...] Los fieros y duros, imbéciles y oscuros no nos entienden, no".
La Vicepresidencia de la Xunta, dirigida por Anxo Quintana (BNG), anunció que el himno sería de aprendizaje obligado en las guarderías -cuando los niños aún están aprendiendo a hablar-, y Quintana ensalzó el texto de Pondal porque "oficializa los sentimientos de Galicia como país", "expresa la lucha de un pueblo en la defensa de su identidad" y "agita el despertar de Galicia como nación".
El PSOE -que gobierna en Galicia con el apoyo de los nacionalistas- se negó en redondo a semejante iniciativa, y la cosa ha quedado en suspenso. Paradójicamente, el presidente del PP, el gallego Mariano Rajoy -que hoy sí defiende la conveniencia de que el himno español tenga letra-, dijo entonces que saber recitar el himno de Galicia "no le importa a nadie".
Los catalanes adoptaron como himno una canción popular del siglo XVII a la que puso texto en 1899 Emili Guanyavents, ganador del concurso organizado a ese fin por la revista La nació catalana. Es el conocido como Els segadors, que reza: "Hora es de estar alerta para cuando venga otro junio, ¡afilemos bien las herramientas!". Y en esa línea, prosigue: "Que tiemble el enemigo...". A lo largo del siglo XX surgieron letras alternativas, como la de Salvador Espriu, que daba consejos distintos: "Si quisierais escuchar abriríais la ventana [...] Mirad siempre adelante, dejad atrás los llantos...".
En cuanto a Euskadi, el Parlamento vasco acordó en 1983 que el himno de la comunidad fuese el mismo que desde el siglo anterior utilizaba como himno propio el PNV: una melodía tradicional con letra de Sabino Arana: el Gora ta gora. Para despojarlo de cualquier carácter partidista lo aprobaron sin letra. Otra cosa es que muchos vascos sigan cantando el Gora ta gora -"Sobre el roble tenemos la Santa Cruz, siempre nuestro jefe más alto..."- cuando se escuchan las primeras notas, porque lo uno lleva a lo otro.
En medio de la polémica sobre qué hacer con el himno español, el diputado del PNV Emilio Olabarria opinó hace unos días que "no es pertinente" que la letra haga referencia a la articulación territorial: "Si no afina bien, puede provocar conflictos".
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