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Crisis en el PP a dos meses de las elecciones

División de opiniones entre los empresarios

"Había que poner una cara que generara confianza". Un empresario asistente al desayuno de ayer de Rajoy definió de esta forma la propuesta de meter a Manuel Pizarro en la lista del PP de Madrid. La apreciación, compartida por gran parte de los asistentes del PP (aunque no todos), no era respaldada por muchos de los representantes del mundo empresarial, que tuvo ayer un escogido ramillete entre el auditorio y para los que Rajoy desgranó -una vez más- su programa económico y despachó alguna explicación sobre su nombramiento sorpresa: "Lo que tiene Pizarro es muchas más ganas, más coraje y más fuerza que Solbes, tiene voluntad reformista y su diagnóstico de la economía es mucho más ajustado", dijo Rajoy, imponiéndole ya galones de ministro de Economía.

Los empresarios que accedieron a responder sobre el nombramiento de Pizarro repartieron opiniones para todos los gustos que nunca llegaron al entusiasmo. Una gran parte de ellos, en cualquier caso, coincidió en que sus dudas en que tenga repercusión en la votación. Las opiniones van desde la calificación de "oportuna e inteligente" que hizo uno de los pocos financieros sobre la decisión de Rajoy a la definición de "muy vulnerable" que hizo un empresario sobre la figura de Pizarro, sin duda recordando alguno de los episodios de la defensa numantina que hizo en Endesa.

En medio, un abanico. Un empresario del entorno bursátil definió a Pizarro, también procedente de ese mundo, como "responsable", mientras un industrial le llamaba "sólido". Más contundentes fueron los que no dudaron en calificar la "operación de marketing politico" o en entrar en el terreno puramente estratégico y aventurar sin tapujos que "viene a solucionar un problema gordo a Rajoy, que no encontraba un número dos claro y no estaba muy convencido con nombres como Zaplana o Ruiz Gallardón". Y no faltó quien osase en afirmar que el nombramiento de Pizarro como consejero de Telefónica sirvió para subir su precio político.

Al acto faltaron algunos de los más cercanos a Pizarro, como Francisco González, presidente del BBVA, o César Alierta, de Telefónica. Tampoco acudió Emilio Botín, presidente del Santander, o constructores y eléctricos (como Florentino Pérez o José Manuel Entrecanales). La costumbre entre es que si no acuden al acto del presidente no van al del líder de la oposición.

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