Metro readmite a la aspirante a taquillera vetada porque tuvo cáncer

"No quepo en mí, no sé si voy a conseguir dormir". A Rosa Gómez, de 43 años, casada y con una hija adolescente, se le escapan las risas por el teléfono. Habla rápido y está emocionada. Repite mil veces un "gracias" entusiasta y asegura que está "flotando". La mujer, que ha superado un cáncer de mama, recibió ayer la buena noticia por la que lleva luchando casi un año: nadie le volverá a impedir que aspire a un puesto de taquillera en Metro. La empresa pública la rechazó dos veces en 2007 tras un reconocimiento médico en el que quedó al descubierto que le faltaba un pecho. Ayer, después de que su caso saltara a los medios de comunicación la semana pasada, el consejero de Transportes, Manuel Lamela, rectificó y ordenó su readmisión en las pruebas de acceso.

La mujer fue excluida dos veces del proceso por su enfermedad

Y Rosa Gómez, que ha luchado mucho en los últimos meses, estaba "contentísima" por una rectificación que no esperaba tan pronto. "Yo sabía que me tenían que dar la razón, pero no tan rápido". No quiso soltar ni un pero para Metro, que la rechazó dos veces -en febrero y en noviembre de 2007- por su enfermedad. "Sólo puedo dar las gracias a todo el mundo", decía atropellada.

Aún le queda enfrentarse a una última prueba eliminatoria para convertirse en taquillera, tras pasar con éxito los controles técnicos y quedarse fuera en el examen médico. Se trata de un curso de formación básica para el puesto, que dura un mes. Tras ese periodo, tendrá que pasar un examen para conseguir el puesto. La mujer espera que esta vez todo vaya bien para poder disfrutar de "la seguridad" de un trabajo fijo.

Manuel Lamela remitió ayer una carta al consejero delegado de Metro, Ramón Aguirre, en la que solicita el expediente completo de Rosa Gómez y sus datos personales para disculparse "por esta lamentable situación personal que Metro le ha hecho padecer". Ayer, a última hora de la tarde, aún no habían conseguido ponerse en contacto.

Lamela también solicitó en su carta la eliminación "a la mayor brevedad posible" de la normativa que permite casos como el de Rosa Gómez. "Me alegro mucho, nadie volverá a pasar por el suplicio que he sufrido yo", concluyó la mujer.