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Kolvenbach, el experto en 'vaticanés'

Peter-Hans Kolvenbach se hizo cargo del gobierno de la Compañía de Jesús en momentos turbulentos. Un grave problema de salud del superior general, Pedro Arrupe, en 1981, había permitido al papa Juan Pablo II colocar a un hombre de su confianza al frente de los jesuitas, Paolo Dezza. La elección de Kolvenbach, en 1983, se reveló providencial. Nacido en Druten (Gelderland), Países Bajos, el 30 de noviembre de 1928, en el seno de una familia de comerciantes, ingresó en la Compañía antes de cumplir los 20 años. Amante de la lingüística, Kolvenbach estudió lenguas clásicas, y Filosofía en Berchmanianum, Nimega. Trabajó varios años como profesor de alemán y completó estudios de lingüística en La Haya. En 1958 se trasladó a estudiar Teología a la Universidad San José, de Beirut. Kolvenbach vivió años duros, de enfrentamientos entre palestinos y judíos, en Líbano. Los jesuitas que le han tratado aseguran que desde entonces le persigue una insistente tos. Su afán de saber lenguas le llevó a estudiar armenio en Beirut y en París, antes de completar su formación de jesuita en Estados Unidos. Durante unos años ha sido rector del Pontificio Instituto Oriental de Roma. Su pasión por los idiomas y su reconocido sentido del humor le llevaron a señalar en cierta ocasión, cuando alguien alabó su talento para moverse en el Vaticano: "Me ha bastado aprender vaticanés".

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