Dos años de cárcel por cazar tigres en un coto de Badajoz
En la finca se encontraron varios lobos muertos y un león
Organizar una cacería tras un tigre y abatirlo a tiros en una finca en Monterrubio de la Serena (Badajoz) le ha costado a su impulsor una pena de dos años de prisión y cuatro de inhabilitación para el derecho de caza. Así lo establece la sentencia del Juzgado de lo penal número 1 de Don Benito (Badajoz) contra Manuel Domínguez, propietario de la finca denominada Los Lunares, en la que, en diciembre de 2005, organizó una batida contra un tigre.
La sentencia también condena, por su participación en la cacería, a Tomás de la Flor y David Jiménez a 18 meses de prisión y tres años de inhabilitación, y a los empleados de la finca Juan Pedro Blázquez y Manuel Balsera Núñez, a 10 meses de prisión y dos años de inhabilitación para la caza. Entre todos deben abonar las costas del juicio.
Cinco condenados, en definitiva, por un delito contra los recursos naturales y el Medio Ambiente. Los hechos se remontan a diciembre de 2005, cuando agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) interrumpieron una cacería en la finca Los Lunares en la que se acababa de abatir a tiros a un tigre. Además, en la finca encontraron otro tigre, un león y tres cadáveres de lobos. Habían sido importados de Holanda y Alemania para terminar en una finca de 70 hectáreas "completamente vallada" con una verja electrificada de más de dos metros de altura, como recuerda Pablo Ramos, portavoz de Ecologistas de Extremadura y de la acusación popular. La organización ecologista y la Junta de Extremadura -que estudia recurrir la sentencia- acusaron al propietario de tres delitos más: tráfico de especies protegidas; la muerte de los lobos, también especie protegida, y liberación de especies de fauna no autóctona. "Es triste que se haya limitado al hecho en el que se les ha cogido in fraganti, cuando hay hasta fotografías de gente junto a otros cadáveres de otras jornadas que ahora dicen no recordar", se lamenta Pablo Ramos. Pero el juez sentencia que no se ha podido comprobar la causa de la muerte de los tres lobos por su avanzado estado de descomposición, ni que el león y el tigre si era verdad hubieran sido liberados para que "campasen libremente" por la finca, poniendo en peligro el ecosistema. Domínguez aseguró que compró los animales para montar un zoo.
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