_
_
_
_
_

La basura de Nápoles viaja ahora a Cerdeña

Ayer fue el día de la vuelta a la normalidad en el centro de Nápoles. Los funcionarios de la limpieza urbana empezaron a remover los cubos desbordantes de basura y trasladarlos hasta el puerto comercial. De ahí, los residuos de la ciudad fueron cargados en un enorme transbordador, que se largó de la bahía directo a Cerdeña. Por muy absurdo que pueda parecer, esta isla del Mediterráneo ha sido la única región italiana que ha aceptado la inmundicia de Nápoles.

La tensión continuó en los suburbios, donde en la noche del miércoles un grupo de manifestantes agredió a siete bomberos. El ministro del Interior, Giuliano Amato, organizó ayer una reunión extraordinaria para hacer frente a la acción de esas "pandillas de violentos que actúan sin una estrategia precisa", según los definió la policía.

Al mismo tiempo seguía la actividad diplomática del primer ministro, Romano Prodi, para convencer a otras regiones de que se hiciesen cargo de una parte de la basura.

El comisario extraordinario designado por el Gobierno, Gianni de Gennaro, se reunió ayer con el general Franco Giannini; con la alcaldesa de la ciudad, de centro izquierda, Rosa Russo Jervolino, y con el jefe de policía, Alessandro Pansa, para elaborar un plan de acción. En particular, quedaba en suspenso el papel que habría desempeñado el Ejército, aunque De Gennaro precisó desde el primer día que no se trataba de un asunto de orden público.

Nuevos vertederos

Había mucha expectativa para conocer la decisión acerca de dónde serán instalados los nuevos vertederos. Luigi Pellegrino, dueño de una casa rural cerca del antiguo vertedero del suburbio de Pianura (que podría ser reactivado en estos días) comentaba en el único bar abierto de su pueblo. "Invertí dinero para crear un negocio turístico, pero ¿quién querrá pasar sus vacaciones aquí?".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

De hecho, la crisis de la basura ha causado en las últimas semanas daños enormes a la economía de la región. La Confederación Italiana de Agricultores indicó ayer que se había producido una caída del 30% al 35% en las ventas de productos alimenticios por miedo a la contaminación.

El sector hotelero ha sido afectado por la crisis. Los turistas están cancelando las reservas hechas para los próximos meses, según señaló la mayor asociación de comerciantes del país.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_