El milagro del juzgador

Elisa Beni es más conocida por ser autora de un best seller que por haber ejercido como jefa de prensa del Consejo General del Poder Judicial. Pero es que el best seller de Elisa Beni no trata de un asunto cualquiera, sino de los desvelos de un juez. Para ser exactos, de su marido. Desde el mismo momento de su publicación, el CGPJ se sintió en la obligación de tomar cartas en el asunto, remitiendo el estudio del caso a los magistrados que forman parte de la Comisión de Comunicación. Y es que los desvelos de los que trata Elisa Beni en el best seller sobre su marido tampoco eran un asunto cualquiera, sino el juicio de los atentados del 11 de marzo. La autora estaba, sin duda, en una posición privilegiada para conocer de primerísima mano los desvelos del juzgador. Pero también para considerar los riesgos de revelarlos.

L os magistrados de la Comisión de Comunicación se han tomado varias semanas antes de elevar sus conclusiones al presidente del Consejo, Francisco José Hernando. Es fácil imaginarlos enfrascados en una lectura jurídica del best seller de Elisa Beni, un lápiz y un papel siempre a mano. Por una vez, los miembros de la mayoría y de la minoría, los del ala progresista y los del ala conservadora, los de una y otra asociación profesional han coincidido, al menos, en la bibliografía: todos leyendo a Elisa Beni para elevar un informe al presidente, que tal vez ya lo estuviera leyendo por su cuenta.

El éxito del best seller de Elisa Beni en el CGPJ puede considerarse un milagro. Pero no porque haya conseguido una decena de nuevos lectores, sino porque ha logrado que una institución paralizada haya dado, por fin, una tímida señal de vida, como Lázaro. Si el presidente del CGPJ ha sido capaz de pedir un informe, si la Comisión de Comunicación ha logrado reunirse y redactarlo, si el juego de poder entre facciones no ha impedido una lectura colectiva del best seller de Elisa Beni, debe de ser porque tiene poderes sobrenaturales. Es verdad que existen otras materias de más enjundia en las que el CGPJ también podría demostrar que sigue vivo. Pero, en fin, tal vez sólo sea el comienzo, la dieta suave que se debe administrar a los resucitados.