La nueva batalla de Trafalgar
Los mejores artistas contemporáneos británicos se disputan el pedestal vacío de la plaza londinense con proyectos que provocan debate en la ciudad
A las adustas estatuas de la londinense Trafalgar Square se les puede llenar la plaza de excéntricos invitados. El espacio, de obligada visita para los 28 millones de turistas que recibe la ciudad, fue construido para conmemorar la victoria naval de los británicos frente a las tropas napoleónicas. Pero desde primavera el almirante Nelson podría observar desde su columna un coche quemado traído de Irak o a decenas de ciudadanos borrachos con ganas de ejercer de obra de arte durante una hora.
Todo depende de cuál de los seis proyectos firmados por algunos de los mejores artistas contemporáneos del Reino Unido y presentados para ocupar el llamado cuarto pilón de la plaza, vacío durante 150 años, sea finalmente elegido para servir a las aspiraciones del Ayuntamiento de Londres. El Consistorio pretende desprender a la plaza de sus connotaciones políticas y militares y convertirla en un espacio para exhibir arte contemporáneo.
¿Dónde? Sobre la mole del "cuarto pilón". Construido en 1841 para servir de base a la estatua del rey Guillermo IV, la falta de acuerdo sobre el proyecto hizo que se mantuviera vacío durante 150 años. Desde 1999 ha sujetado intermitentemente obras, como la polémica escultura de Marc Quinn, el cuerpo de una mujer sin brazos ni piernas. Actualmente se exhibe Model for a hotel 2007 de Thomas Schütte, que ha pasado con más pena que gloria.
Antecedentes como éstos han convertido la peana en un escaparate público de la repercusión artística de, por ejemplo, la sala de las Turbinas de la Tate Modern. Sólo así se explica el nivel de los seis proyectos presentados para la que ya se conoce en la ciudad como la "segunda batalla de Trafalgar" entre artistas que buscan incrementar su reputación sobre uno de los enclaves más fotografiados del mundo. De momento, las maquetas presentadas han desatado un debate en el que se mezcla la polémica y la inevitable ironía inglesa.
La propuesta del escultor Antony Gormley fue recibida directamente con escepticismo. Su plan es dejar el espacio vacío, para que quien desee pueda subirse durante una hora. "Y emborracharse allí si quiere", declaró. Tracey Emin colocaría en el pedestal a una familia de suricatos. Dijo: "Cuando el país experimenta tristeza o pérdida (como en el funeral de Diana), la tele emite un documental sobre estos animales".
Jeremy Deller propone un alegato contra la guerra con un coche destrozado por las bombas, traído desde Irak, mientras que Anish Kapoor rodearía el pilón de espejos que reflejen "las nubes que pasan". Jugando a la ironía histórica, el proyecto de Yinka Shonibare presenta una réplica del barco de Nelson, dentro de una botella de cristal.
Aunque las quinielas (que las hay) votan como favorito al vistoso proyecto de Bob & Roberta Smith. Una torre "símbolo de paz" iluminada con energía solar que reza en francés "haz el amor y no la guerra". El nombre del ganador se hará público en primavera tras considerar las aportaciones de expertos y del público, que puede dejar su opinión en buzones habilitados en la National Gallery y en Internet.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.