'Goenkale' va a seguir sumando años
El culebrón de ETB-1 se consolida como la teleserie más longeva de España
Primero 1.000; luego 2.000, 2.500, 2.540. Goenkale ha ido sumando capítulos en ETB-1 durante los últimos 14 años hasta consolidarse como la serie de producción propia más longeva de España y una de las más veteranas de Europa. Las historias en euskera de los habitantes del pueblo imaginario de Arralde han ido calando en los espectadores hasta tal punto que más de uno ha llegado a fusionar ficción y realidad. "Es increíble. Tras tanto tiempo, aún hay gente que me pregunta si soy cubana o no", comenta divertida la actriz Ainhoa Aierbe. Ella es donostiarra, pero Leonor, el personaje que interpreta desde hace una década, sí llegó a Euskadi desde el Caribe.
En febrero se vivirán en Arralde nuevos litigios por herencias
Kontxu Odriozola da vida a María Luisa, una especie de Angela Channing vasca. En alguna ocasión le han llegado a increpar por la calle por sus maldades en Goenkale. Las anécdotas son muchas. Cuando en la serie fue secuestrado un niño, vecino de Gernika en la vida real, ETB recibía llamadas de ciudadanos que decían haberle visto en esa localidad y criticaban la incompetencia de la Ertzaintza.
"Hay gente, sobre todo mayor, que se cree la historia del todo", subraya Maite Duque, coordinadora de guionistas. ¿Cuáles son las claves del éxito de esta producción de Pausoka? Para empezar, la cercanía de las historias que se cuentan. "Los espectadores reconocen los códigos culturales que aparecen", apunta su actual directora, Olatz Beobide.
Claro es, el panorama televisivo, con muchos más canales que hace 14 años, y los gustos del espectador han ido cambiando, lo que ha obligado a la serie a ir ajustando sus temas y técnicas. "Al principio, era más costumbrista. Luego las tramas se han ido adaptando a los tiempos", confirma el actor Iñigo Larrinaga (Koldo), uno de los que más tiempo lleva en la serie. El culebrón no ha dudado así en acercarse a asuntos de actualidad como la emigración o las adopciones internacionales.
Todo ello siempre manteniendo una mezcla de géneros: drama, intriga, humor, amor,... "Hay que buscar el equilibrio e ir mirando cómo funciona la audiencia. Cuando vas a escribir no puedes estar como en una burbuja; tienes que conocer los gustos de la gente", insiste Duque. Y pone un ejemplo: "Si ves que en la competencia hay series de policías que funcionan, pruebas a meter ertzainas".
El idioma es otro secreto de la buena marcha de la serie. "En ETB se habla, en general, un euskera muy batua", muy académico, pero en Goenkale se usa un euskera más asequible, "se suaviza", dice Larrinaga. Tras esta tarea se halla el escritor Anjel Lertxundi.
Sin agobiarse por llevar tantos años en el mismo proyecto, Aierbe y Larrinaga esperan que haya Goenkale para rato. Para no dejar resquicio al aburrimiento, ella combina la tele con teatro y zarzuela. Él siempre está embarcado en alguna actividad. Ahora estudia Magisterio.
"La audiencia manda. De momento, seguimos", ratifica Duque. Las noches de los lunes y martes llegarán nuevas intrigas. A mediados de febrero, un "acontecimiento muy importante" hará resucitar los viejos litigios por herencias, adelantan sus responsables.
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