Manuales de ciberurbanidad

La generalización del uso de aparatos electrónicos ha tenido innumerables consecuencias en la vida cotidiana, como señalan economistas y sociólogos. Pero sólo una de esas consecuencias parece haber pasado inadvertida: los manuales de instrucciones han desbancado a los prospectos farmacéuticos como la lectura más difícil, tediosa e incomprensible. Con la misma laboriosidad con la que antes los enfermos intentaban infructuosamente descifrar las indicaciones y contraindicaciones de cualquier medicamento, por no hablar de los arcanos de su composición, los usuarios de teléfonos móviles y otros aparatos tratan ahora de orientarse en sus funciones con la ayuda de tomos cada vez más voluminosos, pero también más ilegibles. Si la impenetrable oscuridad de los prospectos favorece el uso irresponsable de los medicamentos, el galimatías de los manuales de instrucciones debe de haber hecho otro tanto con el de los ingenios electrónicos.

Será tal vez por eso por lo que hoy resulta inconcebible asistir a una reunión, viajar en tren, ir al cine o al teatro, o tantas otras cosas, sin que llegue el momento inevitable en el que, de pronto, empieza a sonar un móvil impertinente, que su propietario no ha pensado en silenciar. El vozarrón que responde entonces sin pensarlo y sin advertir el engorro que supone para los demás es, en realidad, como el enfermo que se toma una píldora sin saber para qué sirve, tan sólo porque es redonda. Uno no ha entendido el prospecto y el otro no ha entendido el manual de instrucciones, administrándose una dosis de nuevas tecnologías que tal vez no resulte letal, pero sí irritantemente grosera.

El remedio de exigir receta médica resolvió los problemas creados por la oscuridad de los prospectos, pero no vale para administrar el uso de los aparatos electrónicos. En lugar de abstrusos manuales de instrucciones, los fabricantes deberían acompañarlos de manuales de urbanidad y ciberprotocolo, con normas para comportarse en los espacios públicos. La tranquilidad general, y puede que la salud, lo agradecerían.