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Dos heridos por arma blanca en una reyerta por una chica en Aluche

10 personas que habían salido juntas de copas acabaron peleándose

Jefferson Subia, de 19 años, resultó ayer herido muy grave tras recibir una puñalada a la altura del estómago durante una pelea en el barrio de Aluche (La Latina). Fuentes policiales informaron de que la disputa estalló cuando el grupo de ecuatorianos salía de un bar cercano minutos antes de las siete de la mañana, tras la hora de cierre.

La trifulca empezó cuando un joven se sobrepasó con una chica de la pandilla
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El grupo, de unos diez amigos, caminaba por la calle de Los Yébenes cuando uno de ellos trató de sobrepasarse con una chica que les acompañaba. Otro hombre de la misma pandilla respondió con amenazas e insultos. El grupo se dividió entonces en dos secciones y comenzó una pelea con gritos y carreras por las calles del barrio. Uno de los implicados sacó una navaja y acuchilló a dos de sus amigos. Uno de ellos resultó herido muy grave.

Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, cuatro ecuatorianos permanecían junto a los dos heridos. Los cuatro fueron trasladados a comisaría, donde prestaron declaración y reconocieron a los agresores. Todos los implicados presentaban síntomas de embriaguez. La policía desvincula los hechos a las bandas latinas, ya que la agresión se produjo por "motivos sentimentales".

Fue un vecino quien alertó a Emergencias Madrid. El barrio, conformado por bloques de viviendas de cinco alturas, tiene varias calles estrechas, peatonales y sin salida. Los vecinos coinciden en señalar que los altercados en la zona son frecuentes. "Prácticamente cada fin de semana hay alguna pelea, pero tiene que pasar algo muy grave para que se vea", cuenta indignada Marisa, vecina de la calle de Los Yébenes, de 52 años. "Si no, nadie se preocupa de lo que veamos o suframos los vecinos ni de que podamos dormir por las noches. Así no podemos sentirnos seguros cuando volvemos a casa", añade.

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Ana, otra vecina, declaró a Europa Press que despertó alterada por los gritos exagerados de una chica y que, al asomarse por la ventana, vio cómo "varios chicos peleaban entre ellos y se quitaban la camiseta llena de sangre".

Cuando la policía y la ambulancia del Samur llegaron al número 134 de la calle de Los Yébenes, donde tuvo lugar el suceso, los autores de las puñaladas huyeron junto a otras dos personas que habían participado en la trifulca. Jefferson estaba tirado en el suelo bañado en sangre, según indicó un familiar de la víctima.

Emergencias Madrid informó de que encontraron al hombre con una herida penetrante de arma blanca a la altura del estómago, que sangraba abundantemente y que la incisión podría haber afectado a algún órgano vital. Cuando llegó la ambulancia, Jefferson se encontraba en estado de shock previo a la parada cardiorrespiratoria. Fue trasladado de urgencia en una UVI móvil del Samur al hospital 12 de Octubre, donde ingresó en estado muy grave.

Otro ecuatoriano, G. F. B., recibió una puñalada en el hombro durante la pelea. La herida era de carácter leve, y cuando llegaron los médicos del Samur el joven se negó a que le atendieran. Sin embargo, minutos más tarde tuvo que ser trasladado al hospital 12 de Octubre. Fue dado de alta durante la mañana de ayer.

Cerca de una docena de personas aguardaban ayer noticias de Jefferson en la abarrotada sala de espera de urgencias del centro hospitalario. "No tenemos noticias desde primera hora de la tarde", explica una familiar de la víctima. "Sabemos que está muy grave y que esta mañana le han operado. Creían que Jefferson tenía algún órgano dañado", añade.

Durante la tarde llegaron los padres de Jefferson, que recibieron la noticia con serenidad. "No sabemos qué es lo que ha ocurrido exactamente y nadie nos ha explicado nada", declaraba el padre de Jefferson; "ni siquiera sus amigos tienen muy claro cómo ha sucedido todo".

Fuentes policiales informaron de que, a pesar de que los autores de las puñaladas huyeran, se espera la resolución del caso a corto plazo, ya que los agresores y los agredidos ya se conocían, aunque los testigos no han sabido identificarles con precisión.

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