Nieves contesta a sus señorías
El Gobierno ha dejado sin responder unas 12.000 preguntas de las Cortes. Pero en la presente legislatura lo ha hecho a 200.000, más que en las tres anteriores juntas
Ha hecho lo mismo en nombre de Felipe González, de José María Aznar y de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde que fue nombrada en 1989, cuando el Gobierno responde a una pregunta escrita de un diputado o un senador, la que responde es Nieves Guitián, subdirectora general de Control Escrito de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes.
Junto a su despacho de La Moncloa se acumulan cientos de archivadores de cartón etiquetados como Congreso o Senado. Son las 214.650 preguntas, con sus respectivas respuestas, tramitadas hasta final de 2007 para contestar por escrito a los diputados y senadores en esta legislatura. A 30 de noviembre, se habían contestado 195.511. La cifra final superará las 200.000.
El récord: el diputado Joaquín Sisó, que en 1987 presentó 4.000 preguntas sobre peticiones de alta de líneas en Telefónica
"Esto es horrible; no tenemos sitio para nada", comenta Guitián mientras muestra los pasillos, un pequeño almacén y hasta una buhardilla llenos de cajas. "Tuvimos que llamar a un técnico para que nos dijera si había riesgo de que se hundiera el suelo con el peso de todo esto", dice.
El número de iniciativas tramitadas es más del doble que en la legislatura anterior. "Un récord, una burrada", en palabras de quien ha tenido en sus manos todas las respuestas. "En la primera legislatura del PP hubo 60.000, y me acuerdo de que José María Michavila [su jefe entonces, hoy diputado del PP] dijo que era una barbaridad".
El pasado 11 de diciembre, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, anunció que había pedido amparo al presidente de la Cámara porque el Gobierno había dejado sin contestar 5.855 preguntas. Zaplana acusó al Ejecutivo de "escasa diligencia en el cumplimiento de sus obligaciones con respecto al Parlamento". La estadística revela que, a 30 de noviembre pasado, seguían sin contestar 8.941 preguntas del Congreso y 3.245 del Senado. Los ministerios más cargados han sido Economía (44.000), Interior (36.000), Fomento (32.000), Medio Ambiente (23.000) y Trabajo (21.000).
"En la magnitud de trabajo que tenemos, es un porcentaje muy pequeño el que se ha quedado sin contestar", opina Guitián. El volumen de trabajo de esta legislatura llevó a los nuevos jefes socialistas a compensar a los funcionarios de esta subdirección con un complemento por objetivos. "Son más respuestas que en todas las legislaturas juntas. Y somos los mismos. Aquí no podemos ni levantar la cabeza de la mesa".
Funcionaria barcelonesa, de 69 años, cinco hijos y nueve nietos, Guitián se jubilará en unos meses. "Y me voy a la playa". Tiene la familia en Las Palmas, y se propone cambiar el paisaje de la ventana de su despacho en La Moncloa, con el monte de El Pardo y la sierra al fondo, por el mar de Canarias.
Cuando se echa un vistazo a la sala de máquinas del Gobierno, resulta que la tendencia política de cada uno es la última de las preocupaciones. A nadie en La Moncloa, desde hace 20 años, se le ha ocurrido cambiar un equipo de 24 personas que funciona como un reloj suizo a las órdenes de Guitián.
La subdirección envía a los ministerios correspondientes las preguntas que recibe de las Cortes. En cada uno, hay otro equipo dedicado a contestar preguntas. Cuando vuelven, se les aplica una "corrección de estilo para darle la debida cortesía parlamentaria". Guitián es la autora del libro de estilo de este departamento. "Se lo envío a los asesores parlamentarios de los ministerios nada más llegar nuevos". Son consejos tales como no usar un tono prepotente, no recomendarle al parlamentario dónde debe mirar la respuesta, no extenderse innecesariamente o no deslizar doctrina en los escritos. "Los parlamentarios se merecen todo el respeto del Gobierno, pregunten lo que pregunten". Ha unificado criterios de estilo en unas 400.000 contestaciones oficiales en la última década. "En un periódico, yo no tendría precio", bromea, con cierto conocimiento del medio.
Todos son funcionarios, pero, igual que los políticos, "hay que leer el periódico todos los días". La razón es que "en los periódicos están todas las claves de lo que van a preguntar después los parlamentarios. El Parlamento de papel existe". Los escándalos de corrupción a principios de los noventa, o la catástrofe del Prestige, han inundado de papeles el despacho de Guitián.
En esta legislatura "ha habido días horribles en los que han entrado 5.000 iniciativas de golpe". En estos despachos se acuerdan a menudo de un diputado que preguntó el número de puntos del carné perdidos por conductores inmigrantes, según la velocidad a la que iban y pueblo por pueblo en toda la provincia de Burgos: 800 preguntas en las que sólo cambiaba una palabra. "¿Y les pagan para esto?", pregunta sin piedad.
"Desde que les han puesto asesores a los parlamentarios, se ha notado mucho", dice Guitián. "No es lo mismo que se lo tenga que trabajar uno mismo que tener un negro que te presenta las preguntas". También se han notado las herramientas electrónicas que permiten multiplicar las preguntas. Aunque también facilitan las respuestas. "Las comunicaciones son por e-mail; si no, esto sería imposible".
A Nieves Guitián y su equipo lo que le gustan son esas preguntas trabajadas. Se parte de risa sólo de recordar una, de 1985, en la que un diputado inquirió sobre supuestos experimentos de la OTAN para mejorar el sabor del jamón. "También me río mucho con las de Anasagasti [senador del PNV]. Son muy completas".
En la lista de grandes éxitos del Control Escrito les viene a la memoria "la de las tortugas", la pregunta de un diputado socialista sobre el tráfico de tortugas bobas de Cabo Verde. En esta categoría de iniciativas que causan sensación en los pasillos de La Moncloa entró también el diputado Joan Herrera, que en diciembre de 2006 requirió la opinión del Gobierno sobre el cambio de sexo de los peces provocado por la contaminación de los ríos.
Tienen su lista de preguntones oficiales, pero no les consta que se haya superado al diputado Joaquín Sisó, que en 1987 presentó 4.000 preguntas sobre nuevas peticiones de alta de línea en Telefónica, desglosadas pueblo por pueblo. "Le contestaron, claro. Pero también le dijeron que para contestarle habían tenido que hacer un programa especial y que había costado cinco millones de pesetas", explica.
En las Cortes se siguen registrando preguntas escritas al Gobierno estos días. "Yo creía que estarían ya de vacaciones", exclama Nieves Guitián. No dará tiempo a contestarlas, ya que no serán tramitadas oficialmente hasta que se reúnan las Mesas (los órganos de Gobierno) del Congreso y el Senado la segunda semana de enero. El Gobierno tiene 20 días hábiles para responder. Pero el 14 de enero se disolverán las Cámaras, y todas las iniciativas pendientes decaen. Más o menos, un 8%. "Es que son tantas, tantas, tantas... ¡Tantas!". -
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