Dos todoterrenos clónicos con siete plazas
Los Citroën C-Crosser y Peugeot 4007 son los primeros todoterrenos ligeros que proponen estas dos marcas populares. Al igual que otros rivales, como los Opel Antara y VW Tiguan, llegan con retraso, aunque preceden a los Ford Kuga y Renault Kóleos, que se harán esperar hasta la primavera de 2008. Los 4×4 franceses comparten carrocería y mecánica, pero también precios y equipamientos, algo poco habitual. Y buscan aprovechar el tirón que están teniendo los 4×4 entre las familias europeas, a quienes seducen cada vez más por su capacidad interior y versatilidad de uso para disfrutar el ocio en el campo.
Al margen de su atractiva imagen, ofrecen como valores diferenciadores un sistema de tracción 4×4 desarrollado por Mitsubishi, más completo que el de casi todos sus competidores, un brillante motor 2.2 turbodiésel, y, sobre todo, un interior con siete plazas que sólo ofrecen algunos de sus rivales. Los precios no son especialmente asequibles, desde 34.500 euros, pero incluyen siempre seis airbags, ESP y climatizador de serie.
Son las propuestas de Citroën y Peugeot para competir con los 4×4 ligeros, dos coches iguales (basados en el Mitsubishi Outlander) que sólo se distinguen por la marca y algunos detalles estéticos. Ofrecen una línea moderna y elegante, un interior amplio con siete asientos y un brillante motor 2.2 turbodiésel con buenas prestaciones y consumos. Son cómodos y seguros en carretera, se defienden en el campo y tienen equipamientos y precios idénticos: desde 34.500 euros.
Un diseño con carácter
El C-Crosser y el 4007 forman parte de un proyecto común desarrollado entre Peugeot-Citroën (pertenecientes al grupo francés PSA) y Mitsubishi que incluye también al nuevo Outlander y busca reducir costes. Los tres son el mismo coche y se producen en Japón, pero cada uno adopta los detalles de estilo de cada marca (parrilla, faros y pilotos). Y presentan una carrocería de diseño vanguardista que sobresale por su presencia.
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El frontal tiene carácter, la línea lateral ascendente y las aletas resaltadas potencian su dinamismo, y la zaga está resuelta con clase. Pero la clave de su estilizada imagen es una altura contenida que afila la línea. El Citroën incorpora la nueva parrilla de la marca con los dos chevrones metalizados. El Peugeot opta por una rejilla más grande dividida en el centro por una barra horizontal que integra la matrícula y lleva el escudo en el borde del capó. Pero los dos aportan una imagen con clase y fusionan con acierto dos valores de moda, elegancia y deportividad, para ofrecer un todoterreno atractivo y con una aerodinámica correcta (CX: 0,34).
Interior práctico y modulable
El C-Crosser y el 4007 miden 4,63 metros de largo y son algo mayores que sus rivales, lo que permite integrar siete asientos en tres filas (2 + 3 + 2). Junto a este detalle, el interior
recoge las soluciones más interesantes de los monovolúmenes y es muy práctico para la vida familiar.
Las plazas delanteras están bien resueltas e incluyen unas butacas grandes y cómodas. La segunda fila va más alta para mejorar la visibilidad de los pasajeros y destaca por su flexibilidad: se regula en longitud e inclinación, y se pliega para ampliar la capacidad de carga. Y la tercera incluye una pequeña banqueta plegable que se oculta en el piso y sirve para dos niños. El maletero se queda pequeño si se ocupan todos los asientos, pero es generoso si sólo viajan cinco personas, y se completa con buenos espacios para objetos que refuerzan la funcionalidad: apoyabrazos central hueco, guantera sobre el salpicadero, posavasos...
Por lo demás, son coches bien acabados, y aplican materiales vistosos y buenos ajustes que crean un ambiente refinado. Y como las suspensiones presentan un buen equilibrio, tienen un comportamiento dinámico eficaz y seguro que permite viajar con un confort notable, aunque penalizado por una insonorización mejorable.
Motor turbodiésel y dos acabados
Estos dos modelos se venden sólo con un motor 2.2 HDi turbodiésel de 156 CV, cambio manual de seis marchas y tracción 4×4. Hay dos acabados. El básico (VTR en Citroën y Premium en Peugeot)cuesta en ambos casos 34.500 euros e incluye ya seis airbags, ABS, ESP, climatizador, siete plazas, radio-CD con MP3, ordenador de viaje, sensores de lluvia y faros, y llantas de 16 pulgadas. El superior (Exclusive o Sport Pack) sube a 38.400 y añade tapicería de cuero, asiento del conductor con reglaje eléctrico, sensor trasero de aparcamiento, cargador de seis CD y llantas de 18 pulgadas.En 2008 llegarán versiones con cambio automático de seis marchas y con cinco plazas.
Conclusión
El 4007 y el C-Crosser son dos todoterrenos a la última que reúnen calidad y versatilidad de uso para cumplir mejor como familiares. Ofrecen una línea elegante, un interior práctico con siete plazas modulables, un turbodiésel que gasta lo justo, y un comportamiento cómodo y eficaz en asfalto y campo. Y se venden a precios competitivos con un buen equipo de serie.
ELEGANTES Y FLEXIBLES
El interior del 4007 y el C-Crosser apenas se distingue por el escudo del volante, pero presentan un diseño moderno y elegante. El salpicadero recoge el estilo de Mitsubishi en la consola central, e incluye unas salidas de climatización verticales, una guantera en la zona superior y una avanzada pantalla táctil con navegador y cámara para aparcar, disponibles como opción en un paquete (2.400 euros). Los plásticos del frontal son duros en lugar de mullidos, como en otros rivales, pero el interior está bien acabado, y las versiones superiores Exclusive y Sport Pack incluyen de serie la tapicería de cuero de la imagen. La aportación más práctica es la flexibilidad de la segunda fila de asientos, que se desplaza nueve centímetros adelante o atrás, permite reclinar los respaldos y se pliega automáticamente con una tecla para ampliar el maletero. Ofrece suficiente espacio para las piernas, y se completa con una tercera fila ocultable en el piso y válida para dos niños e incluso para adultos, pero sólo en trayectos cortos y casos de apuro.El maletero tiene 184 litros si se ocupan las siete plazas, sube a 510 con cinco y llega a 1.686 plegando la segunda fila. El portón se abre en dos partes, y la inferior puede soportar 200 kilos de peso. En la zaga destaca la anchura de la luneta.
CAROS, PERO COMPETITIVOS
Como todos los todoterrenos similares, los C-Crosser y 4007 tienen unos precios elevados, pero aportan como extra las siete plazas de serie, disponibles en pocos 4×4 de su tamaño, y son más asequibles que la mayoría de los modelos que las ofrecen. En el acabado básico (VTR o Premium), los 4×4 franceses cuestan 2.900 euros más que un Captiva, pero están mejor acabados, y el Chevrolet no incluye detalles como sensores de lluvia y faros. La diferencia con el Santa Fe se reduce a sólo 440 euros a favor del Hyundai, que incluye también seis airbags y ESP, pero tampoco tiene sensores de lluvia y faros ni MP3. Los demás son más caros, empezando por el Pathfinder, que cuesta casi 2.500 euros más y tiene unos consumos superiores. Pero el Nissan incluye un equipo de serie similar y añade extras como cargador de seis CD, conexión bluetooth y una tracción 4×4 con reductora que amplía sus recursos en el campo. Por último, el Mitsubishi Outlander es 5.100 euros más caro, pero con el motor 2.2 sólo se vende en el acabado superior Kaiteki Plus, equivalente a los Exclusive y Sport Pack del Citroën y el Peugeot, que añade cámara trasera para aparcar, techo solar y llave inteligente.
