"Nosotros forzaremos el giro a la izquierda de la política en Alemania"
"Nosotros forzaremos el giro a la izquierda de la política en Alemania, que todo el mapa político se desplace hacia la izquierda porque pasaremos de un sistema de cuatro partidos en el Parlamento federal a un sistema con cinco. Y el quinto somos nosotros: Die Linke (La Izquierda, en alemán)". Quien realiza estas rotundas manifestaciones es Oskar Lafontaine (Saarbrücken, 1943), un dirigente que lo ha sido todo en la política alemana y en la izquierda europea. Presidente del land del Sarre, líder del partido socialdemócrata alemán (SPD), candidato a canciller en 1990 contra el democristiano Helmut Kohl y ministro de Finanzas con Gerhard Schröder en 1998 figuran entre los cargos que ha ocupado este socialista clásico, que todavía se reclama marxista, y que comenzó su carrera política siendo alcalde de su ciudad natal con 31 años.
"Entre los jóvenes es más popular el anticapitalismo que el anticomunismo"
"El SPD sufre, como socio de Gobierno, la política de derecha de Merkel"
En el año 1999, Lafontaine dimitió del Gobierno de Schröder, al que acusó de traicionar el programa del SPD y poco después se convertía en fundador y copresidente de Die Linke, una fuerza que es fruto de la unión de un pequeño partido de Alemania occidental con los ex comunistas del PDS (Partido del Socialismo Democrático). "Es falso", comenta Lafontaine en una entrevista con este diario, "que hayan desaparecido las diferencias entre derecha e izquierda en Europa. La izquierda sigue defendiendo, entre otras cosas, las conquistas sociales de los trabajadores, un sistema justo de impuestos y una política exterior que respete el derecho internacional, unas reivindicaciones que están muy alejadas de los conservadores".
Reconoce Lafontaine que los éxitos de Die Linke, que está presente ya en el Bundestag (Parlamento federal) y en siete länder, pueden estimular a que esta formación alemana "sirva como modelo para otros partidos europeos que se sitúan a la izquierda de los socialdemócratas".
A juicio de Lafontaine, que ayer participó en Madrid en unas jornadas de debate sobre el futuro de la izquierda europea organizadas por Izquierda Unida, la gran coalición que ahora gobierna en Berlín, integrada por los democristianos de la CDU y por el SPD, aguantará hasta las próximas elecciones previstas para 2009. "No se vislumbra en el horizonte ninguna otra coalición posible, ya que el SPD se niega a trabajar con nosotros. Entretanto, la CDU y Angela Merkel se benefician de la política de derechas que practican y del plus que concede ser canciller mientras el SPD ha bajado un 8% en intención de voto respecto de los resultados de 2005".
¿Será posible la llamada coalición roja-roja-verde, integrada por el SPD, Die Linke y Los Verdes a partir de 2009? "Estamos dispuestos", comenta Lafontaine, "a formar una coalición de esas características si nos ponemos de acuerdo en los programas y los contenidos encajan".
No duda el presidente de Die Linke en calificar de "equivocada y desastrosa" la política de los años del Gobierno de Schröder (1998-2002) y se felicita de que el SPD haya virado a la izquierda tras su reciente congreso. "Nuestras condiciones para gobernar están claras y pasan por una política salarial progresista, un sistema fiscal que favorezca más a las clases trabajadoras y la retirada de las tropas alemanas de Afganistán".
Lafontaine contempla constantes ejemplos de que la presencia cada día mayor de Die Linke influye en la actitud de los otros cuatro grandes partidos alemanes (CDU, SPD, liberales y verdes). "Es sólo un comienzo, pero los cambios más radicales en la dirección del SPD se deben a nuestro crecimiento. Los Verdes se han movido más a la hora de definir una línea progresista porque están en la oposición. Incluso la advertencia de Merkel a los altos ejecutivos en el sentido de que disfrutan de unos sueldos altísimos también obedece a nuestra irrupción en el mapa político".
¿No les perjudica a los seguidores de Lafontaine la alianza con los ex comunistas del PDS, algunos de cuyos dirigentes ocuparon altos cargos en la dictadura de la antigua RDA? "El PDS es, desde hace ya muchos años, un partido socialista y democrático que no tiene nada que ver con la dictadura del proletariado y que reconoce un sistema democrático y parlamentario. Hace ya 18 años de la caída del muro de Berlín y estas acusaciones las promueve la derecha para desacreditarnos. Además entre los jóvenes de hoy, el anticapitalismo es mucho más popular que el anticomunismo".
Está convencido Lafontaine de que Die Linke logrará rebasar el 5% de votos, necesario en Alemania para tener representación parlamentaria, en las importantes elecciones de enero en los länder occidentales de Baja Sajonia y Hesse. "Las encuestas nos dan más del 5%, a pesar de que algunos prefieren ocultar que nos van a votar".
Al margen hasta qué punto crecen los democristianos de Merkel en apoyo popular y hasta qué punto se hunden los socialdemócratas, los comicios de Baja Sajonia y Hesse pueden suponer la consagración de Die Linke. "Hasta ahora en los länder occidentales sólo tenemos representación en Bremen. Así que esos comicios son muy importantes".
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