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Reportaje:

El ministerio itinerante

Moratinos anuncia el tercer intento de dotar de una sede permanente a Asuntos Exteriores

El Ministerio de Asuntos Exteriores tiene algo de organismo fantasma, ya que desde hace casi dos décadas carece de sede para albergar a sus más de mil funcionarios. Es, sin duda, una anomalía, incluso en estos tiempos en que la diplomacia se hace a golpe de avión y el teléfono móvil y el ordenador portátil resultan más imprescindibles que cualquier despacho.

Miguel Ángel Moratinos no pierde la esperanza de enmendar la situación. Ayer mismo anunció que ha encontrado "una nueva localización definitiva y firme" para construir la nueva sede. El lugar elegido es una manzana de la calle Raimundo Fernández de Villaverde que hoy está en manos del Ministerio de Defensa. El problema es que es la tercera localización que se baraja, y la segunda anunciada por Moratinos en un año.

La necesidad de una nueva sede de Exteriores está planteada desde principios de los años noventa, cuando se hizo evidente que el Palacio de Santa Cruz, símbolo de la diplomacia española desde 1901, se había quedado pequeño para un país con una presencia internacional acorde a su nueva condición de socio de la Unión Europea y de la OTAN. Tras descartar la posibilidad de completar la capacidad de esa joya arquitectónica del siglo XVII comprando otros edificios adyacentes en el Madrid de los Austrias, Javier Solana planteó construir una nueva sede en la zona de Azca, pero el proyecto no cuajó. El Ministerio fue trasladado, en cambio, a la antigua sede del INI, en la plaza del Marqués de Salamanca, quedando Santa Cruz con las funciones de representación, para banquetes, recepciones y algunas entrevistas, que todavía desempeña.

Pero esta solución tampoco duró. El viejo inmueble del INI resultó ser un edificio enfermo que amenazaba la salud de los trabajadores, y Exteriores volvió a hacer mudanza. Entre no pocas polémicas, se instaló en dos torres recién construidas cerca de la salida de Burgos, sobre la M-30, que son alquiladas por Aguirre&Newman, la empresa del marido de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

El diciembre de 2006, Moratinos anunció que la nueva sede estaría en el Paseo Moret, cerca de Moncloa, sobre unos terrenos de Defensa. Pero ese ministerio no aceptó finalmente desprenderse de ellos. Ahora se vuelve a probar fortuna. Claro que queda proyectar, presupuestar y construir, un camino largo y abierto a las sorpresas.

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