Un caos que de momento no tiene coste electoral para el PSC
Cuando el sábado 20 de octubre las inyecciones de cemento en el inestable subsuelo del Gornal ejercieron una presión que el túnel de Ferrocarrils de la Generalitat no pudo soportar, la red sur de Cercanías y la promesa de la llegada del AVE a Barcelona para tal día como hoy se fueron al garete.
Seis días después, coincidiendo con la aparición de un socavón que hundió un andén de la estación de Cercanías de Bellvitge, el Ministerio de Fomento ordenó paralizar las obras del AVE. La decisión tuvo una fecha de caducidad de 24 horas. Las paralizó en la zona donde se produjo el socavón, pero nunca se dejó de trabajar en el resto del trazado, que entonces estaba ya a 30 metros de Barcelona y a unos 300 de la estación de Sants.
Lo que sí cambió fue el objetivo del Gobierno: sepultado el 21 de diciembre, paso a ser "lo antes posible". El enfado, el desánimo y la incredulidad se han apoderado de la ciudadanía. Tanto, que el estado de las infraestructuras se ha convertido en el principal problema, según el Barómetro de Opinión Pública presentado ayer por el Gobierno catalán. Sin embargo, este estado de ánimo, al ser trasladado al escenario político, no conlleva un castigo para los partidos de izquierda: la intención de voto del PSC en Cataluña ha subido seis puntos respecto al pasado verano.
Quien sí está enfadado es el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona. Porque una cosa es contener las quejas de los vecinos cuando la perspectiva de la llegada del tren está clara y otra, muy distinta, cuando no se sabe ni cómo ni cuándo ni por qué. Y por si eso fuera poco, el Consistorio tiene que aguantar el chaparrón de la oposición -mayoritaria- exigiéndole el cambio del trazado por la ciudad. "¿Cuándo piensan licitar el túnel que debe cruzar Barcelona?". Es la pregunta del millón que nadie en el Ayuntamiento, empezando por el alcalde, el socialista Jordi Hereu, se aventura a contestar. Tampoco el Ministerio de Fomento.
La línea de alta velocidad está terminada hasta El Prat de Llobregat. Desde la estación de Camp de Tarragona hasta El Prat se han realizado 16.500 kilómetros de pruebas con un tren auscultador de Adif que ha alcanzado los 330 kilómetros por hora. Sólo faltan por excavar 15 metros, los últimos 15 metros de trazado en L'Hospitalet antes de llegar a la calle de la Riera Blanca, es decir, a Barcelona, donde ya se han realizado las excavaciones hasta la estación de Sants. La gran pregunta ahora es saber cuándo estarán excavados esos 15 metros y cuánto se tardará en convertir el agujero subterráneo en túnel de alta velocidad.
El gestor de infraestructuras, Adif, se niega a detallar el estado exacto de los trabajos, y mucho menos se atreve a sugerir una fecha del final. La oposición, mientras, sigue batallando y ha pedido que los tribunales paralicen el túnel que debe pasar junto al templo de la Sagrada Familia. Hoy presentarán un libro contra el proyecto.
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