Rigor urbanístico en Estepona

Después de poner un poco de orden en la ingobernable delegación de Urbanismo de Marbella (Málaga), durante su etapa en la Comisión Gestora, Rafael Duarte se ha propuesto borrar la temida huella del Grupo Independiente Liberal (GIL) en la localidad vecina de Estepona.

El concejal de Urbanismo ha llegado al municipio después de una legislatura en la que el actual alcalde, Antonio Barrientos, pactó con el Partido de Estepona (PES), antiguo GIL, y le dio un lugar en Urbanismo, algo que puso en cuestión los modos y las formas en los que se asumía la gestión urbanística en esta ciudad.

En estos seis meses, el nuevo concejal se ha propuesto luchar contra la indisciplina urbanística. Las cifras demuestran que en la ciudad hay trabajo para rato. Hasta junio había más de 1.500 expedientes urbanísticos pendientes de resolución, 300 tienen que ver con diseminados. Sus 30 técnicos han paralizado 90 obras, ha habido más de 10 propuestas de demolición, dos precintos y 67 expedientes sancionadores reactivados.

También se han localizado hasta 50 licencias anteriores y contrarias al PGOU actual, de 1994, que han declarado caducas para evitar que se ejecuten y que las obras avancen. Una de ellas es la construcción de 35 chalés, paralizada hace apenas unas semanas. Disciplina urbanística ha incorporado dos nuevos policías locales que han requerido a 50 propietarios de parcelas o solares que reparen elementos potencialmente dañinos.

De una forma u otra desde el año 1996, el Grupo Independiente Liberal (GIL), ahora PES, ha estado presente en la gestión del urbanismo de la ciudad. "Los efectos de su intervención no son semejantes a los efectos de Marbella, pero habían conseguido inocular los modos y los fines de la gestión urbanística que les caracteriza", explica Rafael Duarte. El PGOU de 1994 ha experimentado más de 150 modificaciones de elementos hasta la fecha. Entre ellas destacan incrementos de edificabilidad desmedidos como el caso de la explanada del puerto (que pasó de 30.000 a 90.000 metros cuadrados) o un solar de la constructora Prasa (de 5.000 a 20.000 metros cuadrados).

"Los cuatro años de la coalición PSOE-PES fueron duros porque se bloqueaban todos los intentos de reconducir seriamente el urbanismo de la ciudad, aunque gracias a la gestión de Barrientos, que tenía mayoría, la ciudad pudo beneficiarse de equipamientos y nuevas áreas libres", mantiene Duarte.

En el tiempo que el PSOE ha tenido las manos libres en Urbanismo, se han desbloqueado algunos de los grandes temas pendientes de la ciudad, como la demolición de la estructura de Prasa, un hotel al borde a la playa en el puro centro de Estepona, sellos del paso del GIL por la ciudad, el avance del nuevo PGOU, que ya tiene fecha para su aprobación inicial, primavera de 2008.