PP y BNG imponen sus propuestas al alcalde de Lugo

"Trece son más que doce". La frase la pronunció ayer en el transcurso de un pleno, no exento de cierta tensión, el alcalde de Lugo, Xosé López Orozco, y tuvo ocasión de comprobarlo cuando la oposición sacó adelante varias propuestas con los votos conjuntos de PP y BNG que derrotaron los criterios de la minoría socialista.

Los instantes previos a la sesión ya dibujaban un escenario incómodo para el equipo de gobierno. En el exterior del consistorio un grupo de personas reivindicaba con una pancarta otro urbanismo y tachaban de "innecesaria" la Autovía Este en la ciudad de Lugo.

No lejos de esta concentración, representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos (en presencia de conocidos militantes del PP) ultimaban los detalles para entrar en el salón de plenos con una mascarilla para simbolizar lo "amordazado" que está el movimiento vecinal, según explicó su presidente, Jesús Vázquez. En la antesala del lugar plenario se encontraban más representantes vecinales, en este caso de la Unión de Asociacións Veciñais e Culturais da Cidade de Lugo, también con su presidente, Valentín Arias, al frente, que reivindicaban algo parecido, pero con menos parafernalia.

Buen humor

Aunque Orozco se lo tomó con cierto humor ("veo gente con problemas respiratorios, pero no se preocupen, que el aire del salón está perfectamente"), la realidad es que el PP apoyó una proposición del BNG que obligará al equipo de gobierno a elaborar un nuevo reglamento de Participación Ciudadana y a incrementar en un 0,7% la partida del capítulo de inversiones destinada al apoyo del movimiento asociativo. Aún así, el alcalde se lo tomó con filosofía: "Felicidades don Anxo", le dijo al portavoz nacionalista.

La votación se repitió otra vez (13 a 12 en contra del PSdeG) cuando el PP propuso que los representantes del gobierno municipal en los barrios o núcleos rurales sean elegidos por los vecinos. Fue un resultado que se repitió más tarde y que también obligará al gobierno de Orozco a dirigirse al Ministerio de Fomento para expresar el rechazo del pleno al vial de enlace del nuevo puente sobre el Miño que se proyecta en la ciudad de Lugo.

Sin embargo, El PP no encontró apoyo en los nacionalistas cuando pretendió la elaboración de unas normas que regulen los usos permitidos en la muralla romana.