Duran pide el apoyo a CiU para que Cataluña "recupere la dignidad"
El líder de Unió, elegido como candidato a las elecciones generales
Convergentes y democristianos aparcaron ayer sus desplantes mutuos. Todas sus recientes rencillas. Como una piña -salvo un anecdótico 1,1% en contra-, los cuadros nacionalistas eligieron en el Consejo Nacional de la federación a Josep Antoni Duran Lleida -el otrora ambicioso y españolista para algunos convergentes- como cabeza de cartel para las legislativas de marzo.
Convergentes y democristianos aparcaron ayer sus desplantes mutuos. Todas sus recientes rencillas. Como una piña -salvo un anecdótico 1,1% en contra-, los cuadros nacionalistas eligieron en el Consejo Nacional de la federación a Josep Antoni Duran Lleida -el otrora ambicioso y españolista para algunos convergentes- como cabeza de cartel para las legislativas de marzo.
No faltó nadie de la plana mayor de CiU a un acto en el que Duran llamó al electorado a reaccionar y decir "basta" al acoso que, en su opinión, sufre Cataluña desde todos los frentes y para que el país y los catalanes recuperen "la dignidad, el prestigio y la autoestima". Y de paso, poner otra pica en Cataluña. "Todo el mundo sabe que si CiU sale reforzada de estas elecciones no sólo se reforzará la capacidad de defender a Cataluña ante las instituciones españolas, sino que también estaremos situando la primera piedra del cambio político en Cataluña", auguró.
El líder convergente, Artur Mas, inició su alocución deshaciéndose en alabanzas hacia Duran como "el mejor candidato de CiU para unas elecciones generales". Los militantes de su partido tomaron buena nota porque minutos después ovacionaron al democristiano puestos en pie e interrumpieron varias veces con aplausos su discurso, en el que mezcló las reivindicaciones de índole identitaria con las más puramente programáticas.
Duran y Mas erigieron a CiU en baluarte de la defensa de los intereses de Cataluña. "Cuando gobernábamos y éramos fuertes en Madrid todo iba mejor. Cataluña era más respetada como pueblo y como país", manifestaron los dos. Ahora, vinieron a decir, a Cataluña ya no se la puede tratar peor y la dignidad y la autoestima están por los suelos. De ahí que Duran subrayara la necesidad de una reacción de los catalanes que, cómo no, se traduzca en un voto masivo hacia la federación nacionalista. Porque, añadió, ningún otro partido "es capaz de defender" a Cataluña.
La sentencia le sirvió para arremeter contra el resto de formaciones políticas y sus dirigentes. Del socialista José Luis Rodríguez Zapatero dijo que es un hombre falto de palabra que ha incumplido todas sus promesas, empezando por su compromiso de respetar el Estatuto que saliera del Parlament. "Nos ha tomado el pelo, con arrogancia y prepotencia. Se cree que somos idiotas", criticó. Al Partido Popular, ni agua, "después de sus ofensas a Cataluña y de haberla utilizado para sus intereses electorales". Y a Esquerra Republicana tampoco por "haber hecho presidente de Cataluña al más dependiente de Madrid y a quien agacha más la cabeza frente al PSOE". "Se llenan [los republicanos] la boca de frente común del catalanismo. Si lo quisieran hubieran hecho presidente a Artur Mas", manifestó.
El candidato democristiano se defendió ante los ataques de los socialistas, que dan por firmado un pacto con el Partido Popular, o de éstos, que afirman que CiU dará sus votos a Zapatero. "En Cataluña, el único pacto que hemos de temer es uno entre el PP y el PSOE, porque la historia ha demostrado que siempre sale perdiendo Cataluña", denunció. Y reiteró que cualquier pacto de gobernabilidad en el Congreso estará supeditado a la publicación por adelantado de las balanzas fiscales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.