La memoria industrial condenada
La antigua Macosa, el parque de Artillería y tres fábricas serán derribados en el plan del Parque Central de Valencia para hacer edificios de viviendas
Fueron escenarios de cierta pujanza económica en la primera mitad del siglo XX. Ahora permanecen abandonados. Absorbidos por la trama de calles, se han convertido en codiciados espacios para el desarrollo urbanístico. Los derribos de la antigua fábrica de Tabacalera, que se desarrollan en la zona de Mestalla pese a la oposición de ciertos sectores cívicos, políticos y ciudadanos, han puesto en el tapete la polémica sobre la pérdida de la memoria industrial de la ciudad de Valencia. Un tema que la planificación urbanística agudizará en toda su crudeza, con singular intensidad en el entorno del futuro Parque Central, donde se derribarán al menos cinco de los más interesantes complejos industriales y fabriles de la historia de la ciudad: el parque y Maestranza de Artillería, la antigua factoría de Macosa, la harinera Berenguer y las fábricas de Hierros Mateu y de Cervezas El Turia.
"Se trata del único gran complejo industrial que se conserva"
Del conjunto, que se extiende entre las vías actuales del ferrocarril, la calle de San Vicente y la Creu Coberta sobre una superficie de varios cientos de miles de metros cuadrados, sólo quedarán una chimenea y el edificio principal de entrada a la Maestranza de Artillería, para dar paso a una nueva avenida y a decenas de edificios de viviendas organizados en bloques exentos que rompen la tipología urbana del antiguo Camí Real, la actual calle de San Vicente Mártir.
Pese a que en su inventario de inmuebles de interés etnológico están ampliamente documentadas esas cinco construcciones industriales por su especial interés, la Dirección General de Patrimonio Artístico de la Generalitat no ha considerado que deban preservarse y tanto la homologación sectorial modificativa del Plan General en los sectores Centro y Sur como los planes de reforma interior establecen que las naves y dependencias "desde el punto de vista urbanístico deben considerarse fuera de ordenación por su uso y falta de adecuación al mismo entorno urbano donde se enclavan". En pocas palabras, lo que un día fue un polo de actividad ha quedado obsoleto y debe ser demolido, sin que se consideren dignas de interés sus características arquitectónicas ni sus piezas de arqueología industrial.
Y el caso es que el inventario de Patrimonio es bien explícito. "Nos encontramos ante uno de los más interesantes conjuntos arquitectónicos conservado de las industrias que se construyeron desde principios del siglo XX alrededor del eje del antiguo Camino Real de Madrid", se lee sobre los antiguos talleres Devís-Noguera, sede de lo que fue la factoría metalúrgica de Macosa. "Además, hay que destacar que se trata del único gran complejo industrial que se conserva en la ciudad de Valencia".
En relación con el parque de Artillería, la información de la Generalitat recuerda que el complejo tiene su origen en una fábrica de sedas que fue requisada por el Ejército de la República durante la Guerra Civil y posteriormente convertida, entre 1945 y 1964, en un conjunto de naves y pabellones para dar forma a un acuartelamiento cuya única construcción posterior a ese año fue el taller de Artillería. La sólida estructura de algunos de los pabellones, que almacenaban cañones y otras armas pesadas, llama la atención.
Los ejemplos de las fábricas de Cervezas El Turia o de Hierros Mateu son parecidos. Se trata de conjuntos cuyos principales elementos arquitectónicos de interés, procedentes de los años cuarenta, son naves de ladrillo visto con estructuras de hierro que sólo en algunos casos conservan la antigua maquinaria. Así ocurre en Hierros Mateu, donde el inventario consigna "dos grúas puente y sus correspondientes estructuras, una de ellas con cabina de hierro y cristal y la otra más antigua con cabina de madera y hierro".
La fábrica de Harinas Berenguer, por su parte, levantada en 1920 y reformada hacia 1950, con su construcción de ladrillo y estructura porticada, destaca por "la gran mole compacta del molino, con seis alturas y regularidad en los huecos, de arista viva sin molduras".
El catálogo previsto en la homologación del PGOU para los sectores Centro y Sur, dentro de la actuación general del Parque Central y del soterramiento de las vías, sólo incluye (es decir, que sólo somete a protección) la Estació del Nord, unas naves-taller junto a la calle de Filipinas, tres alquerías (del Camí Vell de Malilla, del Torrentí y de Nicolau), la iglesia del Cristo de la Providencia, el monumento de la Creu Coberta, una chimenea y el edificio administrativo del parque de Artillería. El urbanismo que diseña el futuro de Valencia no ha previsto ninguna solución compleja de reutilización de la vieja zona industrial para nuevos usos. Con ello, condena al derribo lo que el inventario de la Dirección General de Patrimonio describe como "una zona industrial importante, ya que estaba bien comunicada por carretera (entrada a la ciudad por la carretera Real de Madrid) y por ferrocarril".
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