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Reportaje:

Objetivo, reducir un 19% las emisiones

Andalucía prevé bajar la contaminación por CO2 a 52,8 millones de toneladas

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 19% en Andalucía para 2012 y contribuir así a que España cumpla con los objetivos que le ha fijado el Protocolo de Kyoto.

Ésta es una de las metas que se ha marcado la Junta dentro del Plan Andaluz de Acción por el Clima 2007-2012, una estrategia para abordar los efectos del cambio climático que ayer fue desgranada por el secretario general de Sostenibilidad de la Consejería de Medio Ambiente, Andrés Sánchez, dentro de las jornadas Sostenibilidad ante el cambio climático que se celebran hasta hoy en Málaga.

Sánchez se hizo eco de los datos facilitados por la Comisión Europea en los que se revela que España es el país de la Unión Europea que peor parado sale en cuanto al cumplimiento de los objetivos de Kioto, ya que la Comisión Europea estima que en 2010 habrá excedido en un 14,2% las emisiones contaminantes permitidas. Según el director general de Sostenibilidad, Andalucía contribuirá de forma determinante a que estas negativas previsiones no lleguen a cumplirse gracias a las más de 100 medidas de actuación recogidas en el programa de mitigación del nuevo plan andaluz contra el cambio climático.

Uno de los 48 objetivos fijados es que Andalucía se adapte a lo estipulado por la UE en cuanto a niveles de emisión de gases de efecto invernadero, reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera de las 60 millones de toneladas registradas en 2005 a 52,8 millones en 2012.

Éstas son algunas de las medidas concretas:

- Planes territoriales y urbanísticos. Deberán considerar su impacto en emisiones y plantear medidas correctoras o a la construcción de viviendas, donde habrá que reducir las necesidades de iluminación y climatización.

- Centros de trabajo. Se tendrán que definir planes de movilidad sostenible; los centros públicos facilitarán el uso de la bicicleta y se premiará a los vehículos de alta ocupación frente a los usados por una o dos personas, dándoles paso prioritario en las vías, además de impulsar la llegada de los biocarburantes a las gasolineras.

- Residuos. Pretende reducir la generación de residuos y el aprovechamiento de los gases que generan su descomposición en plantas cogeneradoras de energía.

- Grandes superficies e instalaciones y edificios públicos. Deberán contar con planes de eficiencia energética y se impulsará el uso de energías renovables.

- Agricultura ecológica. Se potenciará esta forma de produccón en los campos -la superficie de cultivos ecológicos en Andalucía supone el 60% del total nacional- y su capacidad para captar carbono de la atmósfera, entre otras muchas medidas.

"Con estas medidas lograremos que el nivel de emisiones de CO2 per cápita, que es uno de los indicadores fijados por la UE, pase en Andalucía de las ocho toneladas por habitante y año que se registraron en 2005 a 6,5 toneladas en 2012", señaló el director general de Sostenibilidad.

Expansión urbanística y sostenibilidad

Una de las ponencias más ilustrativas de estas jornadas sobre el cambio climático la imparte esta mañana (11.30, Cine Albéniz) Jorge Benavides Solís, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Benavides ofrecerá resultados de una investigación sobre las áreas metropolitanas de Sevilla, Granada y Málaga que lleva cinco años realizando. Entre las conclusiones de su estudio, Benavides alerta sobre la imposibilidad de mantener "un mínimo de calidad de vida" en las ciudades actuales. "Es evidente la indispensable necesidad de prevenir e impedir la elefantiasis urbanística del ámbito privado (edificación desaforada) y el enanismo de la dimensión pública de la ciudad (espacios, servicios, equipamientos, públicos, patrimonios protegidos)", dice.

"Resulta absurdo, atentatorio contra la salud cívica que las poblaciones con un número pequeño de habitantes, permitan el aumento enorme de varias partes de su pueblo con urbanizaciones, campos de golf, grandes superficies comerciales, parques temáticos, y, a otras las mantengan minusválidas, sin desarrollo. Si se quiere conseguir o mantener un mínimo de calidad de vida, es de sentido común reconducir este proceso y, si esa elefantiasis urbanística, debido al excesivo suelo urbanizable, ya se ha dado, lo justo es que se extirpe el tumor, que se reclasifique el suelo", indica Benavides que pone como ejemplo a la Costa del Sol, donde el "59,5% de los primeros 500 metros de la franja litoral es suelo urbano ocupado".

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