Pujals no devuelve el crédito a Jazztel
La ligera mejoría en sus resultados no disipa el pesimismo de los mercados sobre la operadora
Dos años después de la fulgurante entrada de Leopoldo Fernández Pujals en Jazztel, el título de la operadora no cesa de depreciarse. El pesimismo sobre su futuro es tan intenso que ni siquiera el crecimiento de la base de clientes y la mejoría de resultados parecen haber ablandado el corazón -y el bolsillo- del inversor, al que únicamente le sube la adrenalina cuando presiente la posible venta de la empresa. Un diagnóstico con el que sus ejecutivos están en desacuerdo. "Los fundamentales de Jazztel", afirma su consejero delegado, José Miguel García, "son cada vez mejores, lo que acabará repercutiendo sobre su valor".
Lo cierto es que, después de varios años de ingresos estancados y números rojos, en Jazztel no esconden su satisfacción ante una mejora de las cifras en los últimos trimestres que revela, según su consejero delegado, "que las medidas adoptadas en los últimos dos años empiezan a dar resultado". La empresa ha logrado en el segundo trimestre su primer resultado operativo positivo, 400.000 euros, cifra que contrasta con los 38,3 millones negativos de igual trimestre en 2006.
Los expertos desconfían de la capacidad actual de Jazztel para arrebatar una cartera importante de clientes de Internet y telefonía fija a Telefónica
Una tendencia positiva que se ha ido acentuando en los últimos dos ejercicios. En 2006, Jazztel registró una cifra de negocios de 271 millones, un 13,4 más que en 2005 y un 32,2% más que en 2004. "Hacemos cosas", dice el consejero delegado, "como garantizar al cliente que pagará sólo los megas que recibe, devolverle el dinero si no está satisfecho o implantar nuestra plataforma de atención al cliente internalizada (para dar mejor servicio), y hemos sido los primeros en evolucionar hacia una mayor velocidad".
Jazztel ha llevado a cabo también una fuerte reducción de costes, que García califica como "de libro". "Ha habido que rediseñar los procesos para poder hacer recortes, y nos ha dado los mejores ratios en Europa". Parte de esas medidas las ha promovido el propio García, que entró en Jazztel en mayo de 2006 tras haber ocupado distintos puestos directivos a escala mundial en Cable & Wireless, entre ellos el de CEO de la firma en el Reino Unido.
Todo ello, sin embargo, no parece haber impresionado de momento a los inversores y analistas ya que la práctica totalidad de estos expertos aconsejan su venta. De nueve que siguen el valor, siete aconsejan desinvertir y sólo uno comprar. Por lo que respecta a los inversores, está claro que están más dispuestos a vender que a otra cosa, lo que está acercando nuevamente a Jazztel a mínimos históricos. La acción, que subió del umbral de 0,25 euros antes de la llegada de Pujals -en septiembre de 2004-, y llegó a 1,58 seis meses después, ha perdido en 2007 más de la mitad de su valor al caer desde 0,81 euros de febrero a sólo 0,34 el viernes. Y, lo que es peor, los inversores han acentuado su tendencia a desprenderse de jazzteles en cuanto se ha sabido que Vodafone se decantaba por comprar Tele 2 y no Jazztel.
En el sector se considera que, pese a las buenas noticias recientes, lo sucedido con Jazztel en los mercados tiene lógica. No hay certidumbre de que Jazztel pueda seguir creciendo. De hecho, su cifra de clientes activos, que ha sufrido oscilaciones en los últimos trimestres, habría caído incluso en los últimos tres trimestres, comparada con la del cuarto de 2006.
Además, pocos se muestran realmente confiados en que la operadora alternativa sea capaz de arañar una masa significativa de clientes a una Telefónica muy dominante en telefonía fija, ADSL incluido. Las cuotas de mercado de Jazztel siguen siendo exiguas: en el primer semestre de este año eran, según la CMT, el 2% en telefonía fija (el 1,1% en acceso directo), el 3% en Internet y el 0,1% en televisión de pago.
Otro factor que no contribuye a inspirar confianza es la propia situación del mercado de banda ancha en España. Se cree que le resultará difícil lograr grandes incrementos de facturación una vez que la presión hacia la bajada de precios es ya incontenible. García rechaza ese argumento: "Practicamos ya precios más bajos que los de Telefónica, y además el mercado en España, con sólo seis millones de hogares con banda ancha, aún tiene que crecer muchísimo".
García está convencido de que, si Jazztel logra seguir creciendo a un ritmo sostenido durante los próximos trimestres y demostrar su capacidad para generar resultados tangibles, acabará atrayendo la atención y el favor de los mercados.
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