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Reportaje:

Reírse de Dios

Católicos, musulmanes y judíos se reúnen para contar chistes religiosos

Empezó como un chiste: "Van un católico, un judío, un musulmán, un protestante y un hindú...". Sólo que, en este caso, era un acto para fomentar el encuentro entre distintas religiones. Humor y religión, conceptos que a primera vista pueden parecer antagónicos, aunque filósofos como Peter Berger afirman que el chiste lo inventaron los rabinos con sus exégesis bíblicas. Así pues, llego con mucha curiosidad a esta mesa redonda, convocada por Unescocat en Barcelona.

El teólogo Juan José Tamayo introduce el tema. El humor puede ser una buena manera de trabajar por la paz, aunque, como él mismo reconoce: "Las religiones no tienen mucho sentido del humor". Primera en la frente. Luego resulta que -ortodoxia obliga- hay risas buenas y malas. Líbrenos Dios del humor irreverente o provocativo, se prefiere el humor constructivo o ingenuo, completamente aceptable porque no ofende, no cuestiona.

Pero vayamos al grano. Abre fuego el sacerdote y payaso Antonio Deulofeu, que nos narra el del predicador en Viernes Santo contando los martirios de Jesús, al que interrumpe un espontáneo al grito de: "¡Le está bien merecido!". Ante la consternación del párroco, el feligrés aclara: "¡Eso ya le pasó el año pasado!". El pastor evangelista Moisés Muñoz se arranca con aquel que dice: "El que defiende una verdad absoluta es un imbécil. ¿Estás seguro?", le pregunta un amigo. "¡Absolutamente!".

Siguió Halil Bárcena, director del Instituto de Estudios Sufíes de Barcelona, aunque el clímax lo alcanzó Jorge Burdman, presentado como auxiliar de rabino (él bromeó matizando: "El esclavo del rabino"). Contó el de un judío y un japonés que discuten: "La culpa de todo es vuestra", dice el judío, "con toda esa tecnología". "Pues por vuestra culpa", responde el nipón, "se hundió el Titanic". Estupefacto, el hebreo protesta: "¡Eso fue un iceberg!". Y el oriental responde: "Iceberg, Goldberg, Rubinstein, todo es lo mismo".

Como dijo Burdman, el humor cura. Quizá por eso, cuanto más enferma está una sociedad -más sometida por la injusticia o el fanatismo religioso- más lo necesita. En vista de lo cual, uno se pregunta: "Estos judíos y estos musulmanes, ¿por qué no solucionan sus problemas como buenos cristianos?".

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