Captura tu CO2

Soy técnico de I+D del Instituto Geológico y Minero de España y vengo trabajando en los últimos tiempos en temas relacionados con la captura y almacenamiento de dióxido de carbono. Además, y desde mi niñez, soy lector diario del periódico que usted dirige. Por estos motivos, he leído con especial atención el artículo publicado en la edición del pasado 12 de noviembre sobre este tema que, como el mismo artículo señala, viene cobrando cada vez mayor importancia.

El fin de dirigirme a usted es señalar que, a pesar de que en el artículo se transmite la sensación de que el almacenamiento geológico de CO2 no es seguro, la propia naturaleza nos ha demostrado que es perfectamente capaz de retener gases y fluidos durante millones de años, en yacimientos de gas, petróleo e incluso de dióxido de carbono. Además, los almacenamientos geológicos profundos vienen funcionando durante décadas para contener los stocks estratégicos de gas natural, un compuesto más volátil y peligroso que el CO2, y los escapes han sido prácticamente inexistentes, concretamente el 0,013% del volumen total almacenado, y la mayor parte de ellos se produjo durante los años cincuenta y sesenta siendo, en cualquier caso, rápidamente controlados y sellados.

Éstos y otros muchos datos pudieran haber sido suministrados a su diario por ingenieros y geólogos del organismo para el que trabajo, así como de otros organismos y empresas que desarrollan líneas de investigación en este campo. Y pueden hacerlo porque no es sólo una cuestión de EE UU y las petroleras, sino de una comunidad científica internacional de reconocido prestigio, entre ellos los Premios Nobel del IPCC, que conceden a la captura y almacenamiento de CO2 entre un 15 y un 50% de las reducciones de emisiones necesarias hasta 2050 a escala mundial. Es cierto que existen necesidades de investigación, de discusión y de debate sobre el modelo energético adecuado para nuestro país, pero ruego que den voz a todos los actores, según ha sido la línea de trabajo de EL PAÍS desde su fundación.