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Touriño propone "pasar página" para defender la Cidade da Cultura

El presidente garantiza en el Parlamento la viabilidad presupuestaria del proyecto

Hay que "cerrar el debate" y "pasar página". En esos términos se expresó ayer en el Parlamento el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en relación con la Cidade da Cultura, el complejo cultural ideado por el Gobierno de Manuel Fraga que se construye en Santiago. Touriño puso fin a la ronda de comparecencias en la comisión parlamentaria que investiga la gestión del proyecto a la vista de las graves irregularidades destapadas por el informe del Consello de Contas y lo hizo con un llamamiento a los grupos políticos y al conjunto de la sociedad, incluyendo los medios de comunicación, para que todo el mundo asuma la obra del monte Gaiás.

"Cuando den la mano aprieten lo justo", pidió el PP al presidente Touriño

La Cidade da Cultura es "irreversible" y "no tiene marcha atrás". Por eso carece de sentido seguir "tirando piedras contra nuestro propio tejado", aseguró el presidente. "Llegó la hora de la unidad, de aparcar diferencias y arrimar todos el hombro en favor de un proyecto que es de todos y para todos, independientemente de que a unos nos guste más y a otros les guste menos".

La apelación a la responsabilidad para que, una vez que la comisión concluya su trabajo, todo el mundo dé su apoyo a la Cidade da Cultura fue el eje de la intervención de Touriño, que apenas ofreció datos nuevos a los encargados de investigar la gestión del complejo. "Estamos todos en el mismo barco y de lo que se trata ahora es de que rememos todos en la misma dirección". El presidente no se extendió en opiniones acerca de la gestión heredada, pero sí dejó constancia de los problemas que su Gobierno se encontró por culpa de la indefinición técnica y de usos del proyecto. La idea carecía de "un sólido y bien planificado proyecto", lo que provocó "un exagerado aumento de los costes".

La Xunta, precisó, decidió seguir adelante con el proyecto a pesar de "las voces críticas" que exigían su abandono porque otra medida habría sido "irresponsable" y "frívola": ya se habían gastado más de 350 millones de euros.

Touriño defendió la aportación de su Gobierno al proyecto disipando "dos incógnitas fundamentales": lo que va a costar (475 millones) y los contenidos que va a ofrecer. "La Cidade da Cultura será rentable y útil y constituirá un poderoso foco de atracción y un factor de modernización económica, territorial y sociocultural", añadió, que contaría con el compromiso económico de la empresa privada, del Gobierno central y de la UE.

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El portavoz del PP, Manuel Ruiz Rivas, no contestó expresamente a la oferta de Touriño, pero no desaprovechó la ocasión para reprocharle no haberla hecho formulada un año, antes precisamente de poner en marcha la modificación del proyecto. "Habríamos evitado la investigación", llegó a asegurar el representante de la oposición. Ruiz Rivas acusó al Gobierno de haber estado metiendo "el dedo en la llaga" durante todo este tiempo. "Cuando den la mano, aprieten lo justo", añadió, porque el consenso y la colaboración que ahora demanda Touriño "es la misma" que el PP estuvo solicitando "sin éxito" a socialistas y nacionalistas.

Carlos Aymerich (BNG) e Ismael Rego (PSdeG) utilizaron sus respectivas intervenciones para hacer balance de las comparecencias y anticipar algunas conclusiones. El portavoz nacionalista quiere que se regule la actuación de los gobiernos en funciones y que se refuerce el régimen de incompatibilidades de los altos cargos, así como la información disponible sobre sus actividades y bienes.

El representante socialista anunció su intención de impulsar medidas que impidan la reproducción en el futuro de las irregularidades detectadas por el Consello de Contas. El PP, por su parte, pedirá la aprobación de una propuesta para que el Consello de Contas fiscalice la gestión de la Cidade da Cultura también durante el mandato del actual Gobierno.

Ruiz Rivas no consiguió, sin embargo, que el presidente aclarase cuánto va a encarecer el proyecto la modificación de los edificios para adaptarlos a los nuevos usos. "El Gobierno lleva dos años dormido" y, pese a las promesas de Touriño, no ha conseguido concretar la participación del Estado.

El presidente, en su réplica, reiteró su voluntad de "pasar página", pero calificó la gestación del proyecto como "uno de los episodios más negros de la historia de Galicia". La comisión de investigación, explicó, debe poner "punto final a un tiempo de incertidumbre y oscuridad" y dar paso a "un compromiso de todos". "Estamos en condiciones de cerrar una etapa, no volver a discutir sobre esto y mirar adelante", insistió.

En su defensa del complejo, Touriño reiteró que una parte de él tendrá que ser sostenido a través de los Presupuestos (la biblioteca y el archivo), otra recibirá fondos del Estado (los centros de investigación del patrimonio y de enlace cultural con Latinoamérica) y el resto debe acercase a la autofinanciación (el centro de arte, el escenario Obradoiro y los museos de los niños y de Galicia). El objetivo, es "garantizar la viabilidad" del sostenimiento de la Cidade da Cultura.

La comisión de investigación dispone ahora de cinco semanas para redactar sus conclusiones y elevar una propuesta de resolución al pleno del Parlamento.

Fuera, mientras Touriño hablaba ante la comisión, una decena de miembros de la Plataforma Cultura Sí, Mausoleo No protestaban contra del proyecto. Ocultos tras caretas del presidente gallego, de Quintana, Bugallo, Fraga y Pérez Varela, los manifestantes denunciaron la investigación como una "pantomima".

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, ayer en la comisión parlamentaria que investiga la Cidade da Cultura.
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, ayer en la comisión parlamentaria que investiga la Cidade da Cultura.ANXO IGLESIAS

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