Bronca entre PP y los socialistas a cuenta de Irak y Hugo Chávez

Pocas veces la política exterior, gran ausente en los debates de esta legislatura, había animado tanto los bancos del Congreso. La sola mención de un nombre, el de Hugo Chávez, abrió paso a los murmullos que derivaron en una auténtica bronca en la bancada popular. Ajeno al choque, el presidente de Venezuela insistió ayer en Lisboa: "El Rey explotó y me agredió a mí, el mundo lo ha visto, y yo no le respondí. La pelota está en las manos del Rey. Si él quiere que esto no trascienda, que pida disculpas. Es lo menos, y yo lo haría así".

Zapatero y Rajoy polemizan sobre la subida del coste de la vida

En el Congreso, el PP agotó los calificativos para menospreciar la política exterior del PSOE y quejarse por la "humillación" a la que, en opinión de Ángel Acebes, Chávez está sometiendo a España. El Gobierno no lo dudó un minuto y María Teresa Fernández de la Vega respondió recordando el apoyo de España a la guerra de Irak. Y ahí llegó el escándalo, entre gritos de "¡fuera, fuera!".

Antes de que sus segundos y terceros espadas discutieran de política exterior (también entraron al choque Eduardo Zaplana y Miguel Ángel Moratinos), el presidente y el jefe de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, respectivamente, se enzarzaron en un tono más constructivo en un debate sobre cifras económicas en torno a la subida del coste de la vida. El líder del PSOE defendió que, pese a los problemas, España ha mejorado mucho con su gestión. El jefe del PP le contestó irónico: "Vive usted, como Alicia, en el país de las maravillas".

La bronca con la política exterior fue mucho más dura. "Chávez reveló ayer que mientras él prosigue con su escalada de insultos a España ustedes andan mendigándole un comunicado conjunto, que se permitió despreciar", abrió el fuego Acebes. Los diputados socialistas le gritaban: "¡Díselo a Sarkozy!". Porque el presidente francés, amigo de Rajoy, ha recibido a Chávez.

"Sería una enorme humillación", insistió Acebes. De la Vega no respondió a esa pregunta y optó por el contraataque sin preámbulos: "La grandilocuencia y la prepotencia son pésimas para la diplomacia. Fue precisamente eso, presumir de romper un consenso durante 200 años, lo que nos condujo a donde ustedes nos llevaron, a una guerra ilegal e injusta". La bancada popular comenzó a gritar "¡al tema, al tema!", pero De la Vega siguió como si nada. El alboroto derivó en bronca cuando mentó la foto de las Azores, "de la que ahora reniega hasta el presidente de la Comisión Europea", José Manuel Durão Barroso.

Acebes optó por el chiste: "¿Otra vez Irak, señoría? Parece usted un disco rayado. Esperaba alguna imaginación más". El número dos del PP recordó que De la Vega viajó este verano 12 días por América Latina para preparar una cumbre que calificó de "estrepitoso fracaso". De la Vega insistió en que cuando el PSOE llegó al Gobierno, España prácticamente no podía poner el pie en América Latina, defendió la política exterior de Moratinos, y volvió a Irak: "Usted sólo tiene un tipo de diplomacia, la de los pies encima de la mesa y el acento tejano, miope y arrogante".

No fue menos duro el choque con Zaplana, quien prácticamente vino a calificarla de gafe, porque recordó que después de cada uno de sus viajes internacionales ha llegado algún problema diplomático.

El portavoz del PP le reprochó también que se haya modificado el Consejo Asesor de Política Exterior para que esté ella. Ahí recibió un rejonazo de De la Vega. Fue Aznar, recordó, quien incluyó en ese consejo a Rodrigo Rato y no a Rajoy, entonces vicepresidente primero. Lo hizo, sostuvo, porque el líder del PP no sabe nada de política exterior. "Antes de lanzar baterías, piense contra quién las lanza, no vaya a ser que su jefe de filas cause baja por el fuego amigo", se rió.

Moratinos soportó también estoicamente que varios diputados del PP, entre ellos Jorge Moragas y Gustavo de Arístegui, le recordaran que fue él quien acusó en un programa de TVE a Aznar de apoyar el golpe a Chávez. José Ignacio Echániz utilizó un tono aún más duro: "Deje usted ya de hacer el ridículo y de ser el hazmerreír de Europa. Cambie ya su actitud de Buda feliz y cambie la más torpe política exterior que nunca hizo un Gobierno de España".