Duros a seis pesetas
La crisis de liquidez derivada de la crisis de las hipotecas subprime en EE UU ha provocado un cambio en las estrategias de precios de las entidades de crédito, ante la imposibilidad de financiarse a más de tres meses a precios razonables.
El actual entorno, en el que se observa un agotamiento momentáneo de las fuentes de financiación en los mercados mayoristas, provoca que la liquidez pase a ser una variable prioritaria, condicionando el crecimiento del crédito, hasta tal punto que la capacidad de asumir más volumen de crédito vendrá determinada, al margen de la demanda de dicho crédito, por los recursos que las entidades sean capaces de captar.
Si hace unos años, cuando se inició la guerra de pasivo, el objetivo era captar clientes con depósitos a corto plazo, ahora los depósitos estrella, en un movimiento de vuelta a la financiación tradicional, buscan captar recursos estables a los mayores plazos posibles, razón por la cual sus remuneraciones se han incrementado sensiblemente.
Los 'plazos fijos' resultan muy atractivos para el ahorro de todo tipo de clientes, así como de refugio para las plusvalías bursátiles
En el centro de esta estrategia se encuentra la búsqueda de un equilibrio entre recursos captados y crecimiento de crédito. Cuando los mercados mayoristas se normalicen, la remuneración de los depósitos tenderá de nuevo a reducirse. Gracias a dicho extratipo, los depósitos a plazo añaden un atractivo al que ya habían recogido con la subida de los tipos de interés, ofreciendo rentabilidades que superaran ampliamente al Euríbor o a la inflación. Por otro lado, no debemos olvidar que el nuevo IRPF, en vigor desde el 1 de enero, ha equiparado su tratamiento fiscal al de otros productos, como los fondos de inversión.
Todo esto hace que los tradicionales plazos fijos resulten muy atractivos para depositar el ahorro de todo tipo de segmentos de clientes, así como refugio para capitalizar las plusvalías obtenidas con unas bolsas en máximos. No obstante, no todos los clientes se van a ver beneficiados, porque los que necesiten crédito sufrirán el endurecimiento en las condiciones y los precios de los préstamos.
Miguel Ángel Cabello y Esteban Sánchez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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