El arzobispo de Granada, en el banquillo
Martínez niega coacciones a un canónigo al que despidió
El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, rechazó ayer las graves amenazas y coacciones hacia un sacerdote de las que está acusado, y apeló a su libertad de gobierno en la Diócesis para destituirle, en el juicio al que se enfrenta. Martínez se convirtió así en el primer prelado español juzgado en la historia y ayer se enfrentó a un revelador interrogatorio desde el banquillo de los acusados. "Nunca le amenacé ni dije una palabra en su contra, siempre pedí discreción y me duele mucho esta confrontación pública", lamentó.
Sin embargo, Martínez había detallado sus graves acusaciones en sucesivos decretos emitidos durante su prolongado enfrentamiento con el ex canónigo de la catedral, Javier Martínez Medina, desde 2003: "Por el motivo de apropiación indebida reiterada y pertinaz de bienes de la Iglesia (...) extorsionando a la Iglesia, intentando arrebatarle sus derechos de forma dolosa y alevosa (....) te suspendo en el ejercicio de tu condición de capitular". El arzobispo está acusado de cinco delitos por injurias, calumnias, coacciones, acoso moral y lesiones, aunque la Fiscalía ha pedido su absolución. No hubo fieles ayer en apoyo a Martínez pero cincuenta periodistas acudieron a la vista oral presidida por Miguel Ángel Torres, anterior juez instructor del caso Malaya.
El sacerdote desgranó ante el juez las amenazas que presuntamente vertió el arzobispo en su primer cara a cara: "Tú no mandas aquí. Eres un mal sacerdote desobediente y te voy a enseñar a obedecer con el látigo". El prelado negó dichas acusaciones.
La causa arranca de las diferencias surgidas en torno a la publicación de un libro sobre la catedral, encargado por el anterior arzobispo de Granada y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares. La obra fue financiada por la caja de ahorros CajaSur, propiedad del clero, y que el arzobispo frenó antes de llevarse a imprenta. Martínez negó que sus diferencias con CajaSur estuvieran detrás de dicho veto y su salida de Córdoba, donde fue arzobispo. Martínez dijo ayer que desconocía en 2004 que la caja de ahorros andaluza financiara la publicación. Pero en un decreto de ese mismo año justificó la destitución del ex canónigo "dados sus vínculos con CajaSur".
El ex canónigo denunció que el cese de sus cargos fue debida a su relación con CajaSur, lo que ha perjudicado su salud por el estrés. Martínez Medina señaló que el arzobispo le aclaró que "su clero no se iba a relacionar con actividades de la caja". Para el cura esto fue "una vejación". El arzobispo declaró ayer: "Me siento víctima de un acoso mediático".
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