La esposa de un dirigente del PNV admite que pagó al 'cerebro' de la estafa de Irún

Las diligencias por la supuesta estafa cometida en la oficina de Hacienda de Irún continuaron ayer con la declaración de otros cinco testigos, entre ellos Maite Moneo, esposa del ex diputado foral y miembro de la ejecutiva provincial del PNV Luis María Bandrés. La testigo explicó que pagó 108.000 euros en metálico en 2003 al ex director de la citada delegación y principal imputado en la causa, José María Bravo, después de que éste le propusiese una importante rebaja en la deuda fiscal que arrastraba.

La testigo detalló ayer que Bravo le mostró un documento en el que figuraba una deuda cercana a los 600.000 euros de unas tiendas de ropa a las que ella estaba empresarialmente ligada. El ex director de la Hacienda de Irún le propuso entonces rebajar dicha deuda hasta los 108.000 euros, dado que la firma propietaria de las tiendas se encontraba inmersa en "un proceso concursal". Por indicación de Bravo, abonó esa cantidad en tres pagos de 12.000, 36.000 y 60.000 euros, según testificó ayer. Lo hizo en metálico por indicación de Bravo.

Hechos los pagos, por los que recibió los correspondientes recibos, no recibió reclamación alguna de Hacienda ni tuvo ningún otro contacto con Bravo y consideró "cancelada" la deuda.

Moneo precisó que no consultó con ningún superior de Bravo sobre la deuda ni antes ni después de pagar, ni habló del asunto con el hermano del acusado, el ex senador del PNV y ex director de Hacienda Víctor Bravo. Añadió que su marido, con el que tenía separación de bienes, estaba al tanto de la deuda, pero negó que Bandrés, que en 2003 ya no formaba parte del Gobierno foral, hiciese gestiones con altos cargos de Hacienda.