Touriño reprocha al PP su falta de apoyo en situaciones de crisis

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, volvió ayer a poner la crisis del carguero noruego Ostedijk como ejemplo de buena gestión en una situación de emergencia, en contraposición a la que protagonizó el Gobierno del PP durante la catástrofe del Prestige, de la que ahora se cumplen cinco años. Durante la sesión de control parlamentario, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, aseguró a Touriño que, "si ocurre lo que nadie quiere", en referencia a una situación semejante, el PP va a estar desde el principio a disposición de la Xunta. "Nunca usaremos una desgracia para romper el Gobierno democrático del país", subrayó.

En su respuesta, el presidente celebró la oferta. "Tomo nota y espero que cumpla", señaló, porque desde que está al frente del Gobierno "pasaron cosas y no cumplió ni una sola de sus palabras". En un rápido repaso Touriño citó tres ejemplos: la crisis del Ostedijk, el problema de los vertidos químicos en el Umia y los incendios de 2006. Entonces "su respuesta la vio toda Galicia: manguerita en la mano y demagogia, esa fue toda su colaboración", recordó.

Como viene siendo habitual, el presidente de la Xunta y el líder de la oposición mantuvieron un tono agresivo durante el debate que mantuvieron sobre el Prestige. Touriño acusó al responsable del PP de tratar de "reescribir la historia". "Sólo desde la mala conciencia puede venir aquí a hacer ese ejercicio chungo", le reprochó, porque en una situación como la vivida durante la agonía del petrolero griego él "no estaría de caza; tomaría el timón y estaría al frente del país", aseguró.

Cuando se produjo la emergencia del Ostedijk, explicó Touriño, la Xunta activó el protocolo de actuación, se coordinó con el Gobierno central, consultó a los expertos y tomó decisiones de común acuerdo con el Ministerio de Fomento que "permitieron resolver la crisis". Esa es la diferencia, subrayó. Que "ahora hay un país que da la cara". "El país ha cambiado y usted todavía no se enteró".

Feijóo se mostró muy crítico con el presidente, al que reprochó conmemorar la tragedia de hace cinco años en vez de examinar la situación actual y hacer balance de lo ocurrido desde entonces. "Galicia está sin presidente", lamentó. Y el que hay no "debería ir a Muxía a insultar a los votantes del PP". "Cinco años después ya sabemos cuál es su catadura política, moral y ética".

El líder del PP defendió sin reservas la gestión de la crisis del Prestige (acusó a Pesca de haber "secuestrado" la publicación de un libro de la Universidade de Santiago que vendría a acreditar "que la gestión fue rápida y eficaz") y retó a Touriño a decir en qué puerto hubiese metido él petrolero.

A día de hoy, destacó, la Xunta sigue sin establecer una zona de refugio para estas situaciones, desatendiendo de ese modo las directivas de la Unión Europea. "Tenemos que decidir cuáles son las zonas refugio" porque si se repite la situación y no están definidas se pondrá en peligro la reclamación de ayudas a la UE.

"Traiga a la Cámara las zonas de refugio", propuso Feijóo. El PP actuará con lealtad y apoyará "que sea el Gobierno de Galicia el que decida si un barco entra o no" en una zona de refugio, siempre y cuando "el armador se hace responsable de todos los daños".

Feijóo alabó la labor de los voluntarios durante la marea negra, que calificó de ejemplar y solidaria, y lamentó "la soledad" con la que tuvo que trabajar el Gobierno de la Xunta, mientras la oposición presentaba mociones de censura. Y responsabilizó a Touriño del hundimiento del Plan Galicia.

Ambos dirigentes se echaron en cara que el Consello Económico e Social considere "casi delictiva" la discriminación de Galicia en materia de infraestructuras. Feijóo sustuvo que la referencia alude al Gobierno actual y Touriño, que describe la actuación del Ejecutivo anterior.

El presidente cerró el debate leyendo las conclusiones de la subcomisión del Congreso que investigó la catástrofe. El documento sostiene que se tomaron "decisiones incorrectas basadas en juicios discutibles, consecuencia de la falta de procedimientos para afrontar la catástrofe". "La actitud del Gobierno y de la Xunta estuvo presidida por la preocupación por minimizar los efectos de la catástrofe, hasta el punto de ocultar a la opinión pública lo que estaba ocurriendo".

Mucho más amigable fue la respuesta del presidente a la pregunta que le hizo el portavoz del BNG, Carlos Aymerich, sobre los medios con que cuenta Galicia para afrontar una situación como la del Prestige, pese a que el dirigente nacionalista le hizo ver la insatisfacción de su grupo.

La venta de la autopista

No fue esta la única alusión al petrolero griego durante la sesión de ayer. La conselleira de Política Territorial, María José Caride, atribuyó las críticas recibidas por parte del grupo popular a que les "escuece" que la Xunta liberase el peaje de Rande y A Barcala, tras lo cual aseguró que los populares "vendieron la AP-9 para celebrar el hundimiento del Prestige".

En respuesta a una pregunta del diputado del PP Alejandro Gómez, la titular de Política Territorial acusó a la anterior Xunta de haberse desprendido uno de los mayores patrimonios de Galicia, en referencia a la Autopista del Atlántico, tras lo cual se preguntó a qué se destinó el dinero de su venta, informa Europa Press.

En la misma sesión el Parlamento aprobó dos proposiciones no de ley originales de los grupos socialista y nacionalista y rechazó otras dos del Partido Popular. En virtud de las dos primeras iniciativas la Cámara solicita a la Xunta que tome medidas para facilitar la accesibilidad de los discapacitados a los parques naturales de la comunidad gallega y que se regulen los mecanismos de control de la calidad y la certificación de los vinos amparados bajo la indicación geográfica "Viños da Terra".