Zarpa la regata de Barcelona

Con viento del suroeste de 7 a 10 nudos y un día espléndido de sol, Barcelona despidió ayer a su regata pionera, única en el mundo de la navegación oceánica con dos tripulantes. Serán unas 25.000 millas de navegación por todos los océanos del planeta. Una vuelta al mundo sin escalas ni asistencia exterior.

La Barcelona World Race zarpó y el momento fue único. La escena parecía de otro país con mayor tradición náutica, como Francia, Inglaterra o Australia. Medio millón de personas presenciaron desde tierra la regata y 650 embarcaciones acompañaron a los aventureros marinos.

"Barcelona está casada con la regata", definió Albert Bargués, el patrón catalán del velero Educación sin Fronteras, al compararla con la Copa del América, que se ha celebrado este año en Valencia. "La Copa del América es itinerante", aclara.

Como ocurre con el puerto bretón de Sables-d'Olonne (Francia) en la Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario sin escalas que se celebra desde 1989, el puerto de Barcelona marca las líneas de salida y de meta. Sin embargo, entre una y otra transcurrirán, como mínimo, 80 días de navegación a dúo, sin asistencia técnica y sin tocar puerto alguno. Las dos vueltas mantienen un recorrido parecido, pero una de las diferencias radica en la navegación, aunque sea mínima, por el Mediterráneo y todas sus trampas de navegación.

El inicio fue espectacular. Tanto por los miles de personas que presenciaron la salida de la regata -desde el puerto de Barcelona hasta el Port del Fòrum- como por la lucha que entablaron los veleros para coger el mejor viento hacia Gibraltar. Esta pole position fue para los franceses Vincent Riou -ganador de la última Vendée Globe de 2005- y Sebastián Josse a bordo de su PBR.

Fue una salida electrizante y espectacular, como sucede en los grandes premios de la fórmula 1. Cuando Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, lanzó la bengala para la salida, seis de los veleros, viendo viento de popa más favorable, viraron y tomaron la salida por la zona del barco del comité de regatas, cruzando entre los barcos de seguimiento.Resultado de esta maniobra: los barcos situados en su proa tuvieron que apartarse a toda velocidad. Fue una auténtica sorpresa. Al paso de los veleros por Sitges, unas 200 embarcaciones salieron a contemplar la carrera.

Zarpó la regata de Barcelona y el sueño se ha hecho realidad. "Barcelona buscaba una regata hace años", señala Andor Serra, presidente de la Fundación para la Navegación Oceánica, organizadora de la prueba junto a la empresa inglesa OC Events, de la navegante Ellen MacArthur, la persona más rápida en dar una vuelta al mundo en solitario a bordo de un trimarán, con 71 días. "Barcelona perdió las candidaturas a organizar la Copa del América y la Volvo Ocean Race, y en 2002 presentamos este proyecto de regata y nos aliamos con OC Events".

"Ahora, Barcelona ya tiene su regata, una marca con continuidad. La próxima ya tiene fecha: 31 de diciembre de 2010", comenta Andor Serra.

Se trata de un invento que parte con un presupuesto de ocho millones de euros. El principal patrocinador es una marca de cervezas, Estrella Damm, que también compite con un barco. El impulso del proyecto se reparte entre las administraciones, el Puerto de Barcelona, que aporta la infraestructura, y la Cámara de Comercio.

El ex presidente del Puerto, Joaquín Coello, calificó la regata como "una proyección única para expandir el puerto de Barcelona hacia Asia". Este proyecto lo resume Mike Turner, socio de MacArthur: "La Barcelona World Race une lo mejor de los dos Everest de la vela: la Vendée Globe y la Volvo Ocean Race.