Violentar la información
La insostenible situación en que se encuentra el Consejo General del Poder Judicial, da lugar a múltiples comentarios en los medios de comunicación, algunos lamentables por lo desinformado y falto de rigor, como el publicado el pasado domingo 4 de noviembre por el profesor Santos Juliá, en las páginas del suplemento de Domingo de EL PAÍS (página 12).
Los vocales que actualmente forman el Consejo, y desde luego los que estamos en manifiesta minoría, no podemos hacer otra cosa que tratar de continuar con el funcionamiento legal de la institución, a lo que venimos obligados por lo que dispone el artículo 115.2 de la LOPJ -basta saber leer- ("el Consejo saliente continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Consejo"), salvo que incumpliéramos la ley, paralizando la institución y faltando al mandato constitucional a que venimos obligados por lo que dispone el artículo 122.2 de la Carta Magna.
Esta situación, no sólo prevista para el CGPJ, sino también para otras altas instituciones (para el Gobierno de la nación el artículo 01.2 de la Constitución, para el Tribunal Constitucional el artículo 17.2 de la LOTC, entre otros), no está provocada por los vocales, sino al contrario, por el Partido Popular, único del arco parlamentario que no quiere aceptar las reglas del juego democrático, y que obliga a la renovación por los 3/5 de los miembros del Congreso y el Senado, lo que hace imprescindible su voluntad de acuerdo.
Y mientras, aprovecha la coyuntura de contar con una mayoría favorable, que no le corresponde con la actual composición de las Cámaras, para hacer oposición al Gobierno desde el Consejo, dando la sensación de desgobierno y parálisis y provocando la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones con un comportamiento escasamente democrático, del que sólo es responsable dicho Partido Popular y que en modo alguno puede cargarse sobre los vocales que, disconformes con todo esto, debemos afrontar una situación de descrédito a la que contribuye la desinformación que generan artículos y opiniones como la del señor Santos Juliá.
