El Príncipe alaba la flexibilidad y el sentido práctico de los empresarios

Los príncipes de Asturias vivieron ayer una intensa jornada en Valencia a través de varios actos relacionados con la economía y la cultura. Por la mañana inauguraron la nueva sede de la Cámara de Comercio de Valencia. Por la tarde abrieron la exposición de Sorolla. Y cerraron su visita en el recinto ferial presidiendo la Noche de la Economía Valenciana.

Los Príncipes abren la nueva sede de la Cámara y la muestra de Sorolla

Virosque recuerda la necesidad del AVE y de infraestructuras

La Cámara cuenta con una nueva sede de 6.000 metros cuadrados

Allí, ante un auditorio de más de 2.000 personas, el Príncipe Felipe alabó "la flexibilidad, el sentido práctico y la capacidad de adaptación" del empresariado local. La base, declaró, de una transformación de la estructura productiva, "que era agrícola hace 30 años y que ha dado paso a una economía industrial cada vez más volcada en los servicios".

El Príncipe de Asturias atribuyó al "espíritu trabajador innovador y abierto" de sus ciudadanos el aprovechamiento de la "excelente y privilegiada situación geográfica de Valencia y de toda la Comunidad Valenciana". El territorio, prosiguió, "dispone de las condiciones necesarias para transformarse en uno de los espacios de especial valor logístico para nuestro país, en uno de los grandes nudos de conexiones entre España y los demás Estados europeos, así como entre Europa, África, Asia y el continente americano".

La Noche de la Economía, en la que se entregaron los premios de la Cámara de Valencia, fue precedida por la inauguración de la nueva sede de la institución. Se trata de un edificio íntegramente remodelado que perteneció a la Seguridad Social y que fue adquirido por el organismo en los días en que Eduardo Zaplana fue ministro de Trabajo. El complejo, que dispone de 6.000 metros cuadrados en dos edificios asimétricos de siete y ocho plantas separados por un patio de luces que permite vistas cruzadas entre ambos, está ubicado en la calle de Jesús y viene a reemplazar a la sede actual, situada frente al Teatro Principal, en el centro de la ciudad, que la Cámara probablemente arrendará.

Cuando los Príncipes llegaron al nuevo edificio los pintores aún daban los últimos retoques. La comitiva, de la que formaban parte el presidente de la Cámara, Arturo Virosque, el de la Generalitat, Francisco Camps, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, recorrió parte de las instalaciones y luego se reunió con el comité ejecutivo de la institución, tras lo cual Don Felipe y Doña Letizia firmaron en el libro de honor.Su visita desembocó luego en el salón de actos, en el que esperaban los principales representantes de la economía valenciana. Minutos antes de su llegada, se desprendió de sus engarces uno de los cuadros de los antiguos presidentes de la Cámara, el de Ramón Gordillo Carranza, que tuvo que ser retirado. Antes de descubrir una placa conmemorativa de la visita, el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, ofició una ceremonia que en su arranque propició que el sector más religioso del empresariado se pusiera en pie para cumplir con el precepto litúrgico, lo que provocó las protestas de los redactores gráficos, que se quedaron sin visión del acto.

Ya sentados, contraviniendo el canon, el nuevo purpurado acopló un breve sermón plagado de referencias economicistas y bendijo tanto a los trabajadores de la nueva sede como a quienes hagan uso de sus instalaciones, lo que rubricó con varias aspersiones con un hisopo de plata. En el refrigerio posterior, los Príncipes mantuvieron contacto con los representantes de la economía.

Un contacto que se intensificó en Feria Valencia, donde le llegó al turno a Francisco Camps. El presidente de la Generalitat cambió el discurso victimista por el del triunfalismo calificando los últimos años de "excepcionales". "Hemos crecido en todos los parámetros y los grandes retos de la globalización son objetivos de ambición de nuestras empresas", declaró. El jefe del Consell subrayó el ejemplo de "calidad" que el territorio ofrece al resto del Estado. "La Comunidad Valenciana", dijo, "se siente satisfecha de estar ofreciendo una imagen de la España moderna". "Todo lo que recibe", añadió, "lo devuelve multiplicado".

Camps agradeció la presencia de los Príncipes. Y lo mismo hizo el presidente de la Cámara. Virosque aseguró que la Corona tiene en el organismo, una institución de más de 120 años de antigüedad, "una fiel colaboradora". Muy en la línea del discurso empresarial valenciano, se refirió a los desafíos y oportunidades que entraña la globalización. Y vinculó a la competitividad los factores del capital humano y su formación en la sociedad del conocimiento para anunciar la ampliación de la Escuela de Negocios de la Cámara.

Virosque sí dedicó un capítulo de su alocución a las reivindicaciones. Habló de la necesidad de infraestructuras y de mayor inversión en la obra pública, y aprovechó para recordar que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asumió el compromiso de que el AVE llegara a la Comunidad Valenciana "en 2010". Y se refirió a la necesidad de conectar el corredor mediterráneo con las redes transeuropeas de alta velocidad ferroviaria.

La Cámara entregó sus medallas de oro a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y a la Fundación Jaime I.