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La banca española mantiene abierto el grifo para créditos hipotecarios

Santander y La Caixa lanzan un mensaje de calma al sector inmobiliario

No hay credit crunch, restricción de crédito. El sector financiero español mantiene abierto el grifo para financiar la actividad inmobiliaria, tanto a los promotores como a los que buscan una hipoteca. Otra cosa es que haya endurecido las condiciones para conceder los créditos, puesto que la prima de riesgo ha aumentado y toca ser más selectivo. Así lo aseguraron ayer dos de las tres mayores entidades financieras de España, Banco Santander y La Caixa.

Deutsche Bank advierte de nuevas "insolvencias" entre los promotores

El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, y el director general de La Caixa, Juan María Nin, aprovecharon un debate en el salón inmobiliario Barcelona Meeting Point, que hoy abre sus puertas al público, para transmitir un mensaje de calma y normalidad.

"En España no hay subprimes [hipotecas de alto riesgo]", dijo Sáenz cuatro veces seguidas para despejar las dudas acerca de la posible contaminación de la crisis inmobiliaria de Estados Unidos. "Otra cosa es que alguna de las hipotecas concedidas salga mal, que puede pasar", coincidieron los dos banqueros.

Ante el cambio de ciclo que atraviesa el sector inmobiliario, "la banca seguirá prestando y con criterios de concesión serios, como siempre. Aquí no hay experimentos financieros, sino banca tradicional de toda la vida. Esta ortodoxia es la que da solidez al sistema bancario español", aseguró Sáenz. El Banco de España vaticinó la semana pasada que se endurecerán las condiciones de los créditos, al margen de lo que haga el Euríbor.

El Santander y La Caixa reconocen un punto de inflexión, que como mucho restará medio punto al crecimiento del producto interior bruto (PIB) español, según Sáenz, pero en ningún momento hablaron de crisis ni de recesión. Nin se refirió a ello como "desaceleración ordenada" y Sáenz como "normalización".

Pese a que los grandes factores que han convertido a la construcción en el gran motor de crecimiento de la última década -bajada de tipos de interés, incorporación de la generación del baby boom al mercado de la vivienda y llegada masiva de inmigrantes- están agotados, se mantienen el crecimiento económico y, sobre todo, la creación de empleo, la gran piedra de toque para Nin y Sáenz.

Pese al cambio de ciclo, el consejero delegado del Santander estima que la demanda de nuevas viviendas "será de 500.000 anuales en los próximos años", y precios que suban "más en línea con la inflación y algún punto más", según Nin.

Los banqueros señalaron dos nichos que, a su juicio, contribuirán a la buena marcha del sector. Nin destacó la demanda de alquiler para jóvenes y Sáenz el mercado de segundas residencias para jubilados extranjeros.

Sólo ven dos nubarrones en el horizonte. Que al Banco Central Europeo (BCE) le dé por enfriar la economía más de lo aconsejable para España y que se produzca un "posible embalsamiento" de la demanda si "la gente decide retrasar la compra de vivienda a la espera de mejor momento. Podría ser peligroso si se rompe de golpe, puesto que dispararía los precios", alertó Nin.

Los inversores internacionales ven con mayor preocupación el mercado. El director de Deutsche Bank Real Estate, Ismael Clemente, aseguró que las promotoras han financiado sus operaciones "con deuda" que se ha cubierto con las expectativas de ventas de suelo. "Este mercado se halla sin liquidez, y el comprador fija el precio, a veces un 40% por debajo de las valoraciones que se hacían", afirmó. Esta devaluación, sostuvo, provoca desconfianza en la banca, que también ha participado por varias vías en el negocio. "Será un círculo vicioso con insolvencias que podrán afectar a algún ilustre. Se saldrá del círculo en cinco u ocho años", aventuró.

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