Chad acusa a los españoles de falsificar la matrícula del avión

Jean-Bernard Padaré, el abogado de los siete españoles y los tres periodistas franceses imputados en el caso del Arca de Zoé, pedirá hoy al juez la libertad condicional para los tres tripulantes del avión español que fue contratado por la ONG francesa para recoger y transportar a Francia a 103 niños de la zona fronteriza entre Chad y Sudán. Padaré dijo que no hay pruebas de complicidad en un secuestro contra sus defendidos.

El fiscal se pronunciará sobre la petición y el juez tiene un plazo de 10 días para decidir. La acusación principal que pesa sobre los tres españoles (el comandante, el copiloto y un auxiliar de vuelo) es que manipularon la matrícula del avión que voló de Madrid hasta Yamena. Mientras Exteriores confía en que sean liberados hoy, el letrado se mostró menos esperanzado, y habló de "antes del fin de semana".

Pasó el huracán Sarko, arrasó las portadas del lunes y los tres tripulantes españoles siguen en Chad, viviendo una realidad algo más incierta y mucho menos glamorosa: esperar en la cárcel hasta que decida su suerte un sistema judicial en pie de guerra con los europeos y el presidente chadiano, Iddris Déby, tras la injerencia perpetrada el domingo ante los ojos del mundo.

El caso Arca de Zoé empieza ahora de verdad para los tripulantes Agustín Rey, Sergio Muñoz y Daniel González, que ayer fueron interrogados de uno en uno por el juez. Tras ocho horas de sesión, su poderoso abogado defensor parecía la mitad de influyente y confiado que el día anterior. Padaré no descartó que el juez pida un careo entre los españoles y el líder de la ONG, Eric Breteau, que ayer no visitó el tribunal porque está con fiebre alta. Todo esto hace indicar que la tripulación masculina no tendrá una liberación exprés. Los diplomáticos, que visitaron a los prisioneros en la cárcel, se mostraron más optimistas: "Tienen una entereza admirable y esperamos que los tres sean liberados hoy".

A través de una ventana entornada del Palacio de Justicia, escrutando el exterior entre los barrotes, Agustín Rey, demacrado y flaco, con un herpes en la cara pero bastante entero pese a todo (ya lleva doce días de cautiverio y liderazgo), contó que el día había ido bien, que habían "contado toda la verdad" y que los tres estaban "bien de salud". Los tres detenidos preguntaron a los periodistas por las azafatas, que ya tratan de superar el trauma en España. Se les dijo que estaban bien, ellos sonrieron y levantaron el pulgar de los pilotos: ok.

Pero la sensación, tras el bucle de irrealidad de Sarkozy y el día de calor abrasador, es que no todo está tan ok como parecía. El portavoz de Exteriores en Chad reconoció que "el espectáculo de Sarkozy ha perjudicado a la defensa de los españoles". Lo que va trascendiendo del proceso indica que el magistrado quiere saber si hay alguna conexión entre la tripulación del avión y la ONG, o entre la compañía y el Arca de Zoé.

La instrucción debe determinar por qué la compañía catalana voló en un avión diferente al que decían que ponía en los permisos de vuelo, y quién y por qué tapó la matrícula del avión que viajó colocando una pegatina en el fuselaje con la matrícula del que no llegó a volar. "Chad piensa que la manipulación implica que hubo ánimo de ocultar un delito", afirmaron fuentes de Exteriores, "pero la versión de la compañía es que la avería les obligó a cambiar de avión y que ellos se lo comunicaron al intermediario que los contrató".

El ministro del Interior chadiano ha revelado estos días que el aparato, un 757-200, fue aparcado en un lugar muy alejado de la terminal de Abéché, tras aterrizar procedente de Yamena. La idea de la ONG era embarcar a los 103 niños, que llegaban en un convoy de coches 4 x 4, por un lugar lejano y discreto.

Tanto el gerente de Girjet, Oriol Comabella, como el presidente del intermediario Cargo Leasing, Jean Bidegain, han negado tener cualquier implicación con la ONG.