"La Colometa es una superviviente innegable"
La barcelonesa plaza del Diamant no es precisamente el lugar favorito de la actriz Sílvia Bel (Barcelona, 1970). En su etapa como alumna del Institut del Teatre, su piso de estudiantes estuvo situado muy cerca de este enclave convertido en mítico por la escritora Mercè Rodoreda en una de sus obras más conocidas, hoy plaza dura e impersonal. Por entonces Bel, atraída desde niña por el mundo de la interpretación y lectora entusiasta de Rodoreda, no podía ni imaginarse que acabaría convirtiéndose en la encarnación escénica de la protagonista de la novela, la Colometa. Pero su carrera, en un momento especialmente dulce, la ha conducido hasta esta historia de guerra y de posguerra, en una de las grandes apuestas del Teatre Nacional de Catalunya. Con adaptación de Josep Maria Benet i Jornet, dirección de Toni Casares y el actor Marc Martínez en el papel de Quimet, la obra se representa desde hoy hasta el 20 de enero en la Sala Gran.
"No la veo como una mujer sometida. Es una paloma y una mujer salvaje"
"La versión de Benet i Jornet es muy fiel a la novela y eso me facilita las cosas"
Pregunta. ¿Cómo encajó ser escogida para protagonizar el espectáculo más ambicioso del TNC de la temporada?
Respuesta. Con alegría, buen humor y mucha ilusión. Es un personaje que siento especialmente próximo, de algún modo forma parte de nuestra memoria colectiva, de nuestro pasado reciente.
P. ¿No resulta muy complicado enfrentarse a un personaje tan conocido, tan mítico?
R. Lo he afrontado con dedicación, muchas horas de ensayo e intentando siempre ser muy fiel a la autora. Y siendo consciente al mismo tiempo de que mucha gente ya tiene una imagen de la Colometa, por la novela o por la película. Intento hacer mi Colometa, tal como yo la entiendo.
P. ¿Cuál es su visión del personaje?
R. Es una superviviente innegable, una mujer que, mientras los seres que ella ama van muriendo atrapados en una guerra perdida, toma las riendas de su vida y saca a sus hijos adelante. No la veo en absoluto como una mujer sometida, sino como alguien que intenta comprender el mundo que la rodea, que con frecuencia le resulta extraño. Es una paloma y una mujer salvaje.
P. ¿Cómo imagina su mundo interior?
R. Muy complejo e inacabable, lleno de poesía y de tragedia amarga, de renuncias y recuerdos. A medida que he ido entrando en las distintas capas del personaje he ido descubriendo cosas nuevas, como por ejemplo su fragilidad y su fortaleza al mismo tiempo.
P. ¿Es una mujer arquetípica, representativa de una época?
R. Pudiendo ser la de muchas mujeres, la historia de la Colometa es la suya, y todas las historias tienen algo de muy personal y de muy universal. En lugar de escoger a un personaje heroico como Julieta, Rodoreda elige a la Colometa, que es una persona más popular, más próxima, una persona concreta, con la cual es más fácil identificarse.
P. El montaje que ha dirigido Casares tiene una duración cercana a las cuatro horas. ¿Cómo se ha trabajado la evolución del personaje?
R. La historia de Natàlia-Colometa se inicia una tarde de fiesta mayor en la plaza del Diamant cuando ella todavía es una adolescente y termina en casa de su segundo marido, Antoni, cuando ya ha casado a su hija. La versión de Benet i Jornet ha sido muy fiel a los acontecimientos de la novela y esto facilita el proceso de maduración del personaje, porque vivo su historia en presente.
P. El año próximo, la obra viajará a Madrid [del 30 de abril al 4 de mayo, al teatro Valle-Inclán, sede del Centro Dramático Nacional, en catalán con subtítulos]. ¿Le inquieta esta cita?
R. Me parece maravilloso que podamos hacer esta obra allí y en catalán. La reacción del público no me inquieta más de lo que pueda hacerlo la del de Cataluña. Esta es una obra que habla de muchas cosas, entre ellas una guerra en la que unos ganaron y otros perdieron, y de perdedores y ganadores los hay aquí y allá. La poesía, la belleza del texto y la profundidad del personaje son universales.
P. ¿En qué momento profesional se encuentra? Tras haber encadenado varios exitosos trabajos, junto al director Sergi Belbel [Carnaval, de Jordi Galceran, y El ventall de lady Windermere, de Oscar Wilde], parece que las cosas le van muy bien.
R. Intento trabajar con el máximo rigor, comprometida con el trabajo que hago y que amo, sin preocuparme de si esto significa estar más arriba o más abajo. He pasado épocas de todo, y sé que ésta es una carrera de fondo.
P. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
R. De momento estoy muy volcada en el personaje y aunque tengo algunos proyectos apuntados, entre ellos una película, no me he planteado seriamente lo que vendrá después.
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