Elliot Erwitt y el teatro de la vida
La fotografía documental del siglo pasado ha dejado una serie de nombres míticos que ocupan páginas grandiosas de la historia universal de la fotografía. Estos días, dentro del programa de Periscopio, podemos ver los trabajos retrospectivos de uno de ellos en la Sala de la Fundación Vital en Vitoria. Se trata de Elliot Erwitt (París, 1928).
Después de una infancia entre Francia e Italia, su familia se instaló en Los Ángeles cuando cumplía doce años. Con quince, Erwitt comenzó a trabajar como aprendiz en un laboratorio fotográfico. Cuenta haber sufrido una revelación al ver una foto de Cartier Bresson, lo que le impulso a trasladarse a New York para emprender una nueva etapa profesional. Allí conoció a Capa y a Steichen. Este ultimo le ofreció los primeros encargos fotográficos, para así llegar hasta nuestros días comprometido con esta actividad profesional. En 1966 accedió a la presidencia de la agencia Mágnum.
Su fotografía esta dotada de una apariencia sencilla de donde se extraen grandes dosis de humor, ironía, ternura o incluso dolor. Nunca dejan indiferente al espectador. Inspiradas en el teatro de la vida, las escenas no requieren otra puesta en escena que la naturalidad del comportamiento humano. Momentos sublimes de la vida cotidiana, con frecuencia cargada de actitudes ridículas, y tomada en rigurosas composiciones. El mensaje de las imágenes de Erwitt no se hace esperar, salta a la vista de inmediato para mayor deleite del visitante a esta muestra impecablemente montada. En el recorrido encontramos parte su conocida serie de los perros, en la que estos animales alcanzan una dimensión antropomórfica. Pero el espectáculo continúa cuando nos muestra un Cristo crucificado junto a una valla publicitaria de Pepsi, los retratos de las familias americanas cargados de connotaciones irónicas, el histórico encuentro de 1959 en Moscú entr Nikita Krushev y Richard Nixon, en la que este último apunta con el dedo la solapa del primero con gesto de insolencia, o los barbudos comandantes de la revolución cubana retratados juntos en La Habana en 1964. Fotografías todas ellas con trastienda de contenidos y significados. Algo parecido ocurre con otras muchas imágenes, donde no faltan algunas tomadas en España. Entre ellas, una estampa inolvidable de un niño en el tope de un tranvía en Barcelona, contrastado con la sonrisa de una pareja tras el cristal del transporte urbano o el baile en la cocina de dos jóvenes valencianos con delantal y pantalón remangado. Toda una delicia de imágenes sin desperdicio alguno.
Elliot Erwitt. Retrospectiva. Sala Fundación Caja Vital Kutxa. C. Postas, nº 13. Vitoria. Hasta el 9 de diciembre 2007. Horario de visitas: De lunes a sábado: de 18.30 a 21.00. Domingo: de 12.00 a 14.00 y de 18.30 a 21h
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