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Apuntes

La universidad tropieza en inglés

Las carreras, a punto de ser reformadas, apenas prestan atención a los idiomas

Las universidades públicas valencianas nunca han tenido las lenguas extranjeras entre sus prioridades de formación. El desconocimiento de idiomas de los titulados, sobre todo en inglés, es una de las quejas más antiguas y más reiteradas de los empleadores. Sólo la Jaume I de Castellón, fundada en 1990, incluye como asignatura obligatoria en cualquier carrera el inglés. Su peso, sin embargo, es muy reducido (entre los 4,5 y los 10 créditos, cuando una licenciatura viene costando 300) y la asistencia a clase no es obligatoria. En el resto, salvo excepciones (Filología Inglesa, Informática, Turismo) la oferta es en todo caso optativa.

El idioma sólo es obligatorio en la Jaume I, con un peso muy reducido

España se sitúa a la cola de la UE en conocimiento de idiomas. Y todas las carreras van a tener que ser redibujadas con la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), lo que proporciona una oportunidad. La filosofía de ese espacio común subraya la importancia de que los alumnos aprendan no sólo conocimientos duros sino también destrezas, habilidades y competencias. Pero el camino seguido por los campus en los últimos años no parece dirigirse al aumento de la formación en idiomas. Más bien, según algunos de los profesores que imparten la materia, al contrario.

En las escuelas de Arquitectura y de Agrónomos de la Politécnica de Valencia, por ejemplo, se han reducido grupos de inglés. "Aunque en alguna carrera se haya podido realizar algún reajuste que haya afectado al inglés específico, la filosofía global de la universidad es la de fomentar los idiomas", afirma categórico el vicerrector de Alumnado e Intercambio de la Politécnica, Juan Miguel Martínez. "En la universidad hay 144 asignaturas que se imparten en inglés y en las que se han matriculado este curso 3.121 estudiantes (alrededor del 10% del alumnado total). Hace dos años ofrecíamos 114 asignaturas", añade.

María José Coperías, decana de la Facultad de Filología, Traducción y Comunicación de la Universitat de València, coincide al afirmar: "Con las últimas reformas de planes de estudio es posible que cambiara el rango de las asignaturas y que en algunas carreras hayan reducido horas, pero eso no quiere decir que los estudiantes sepan hoy menos inglés, sólo que se aprende de otra manera".

Partiendo de la realidad ("queda mucho por hacer"), Coperías apuesta por que el inglés se introduzca en diferentes "asignaturas de las carreras, que desde distintas materias se introduzca bibliografía en esta lengua para ejercitarla...". En definitiva, un enfoque transversal para adquirir una competencia que, como el dominio de la informática, las dotes de liderazgo o la reflexión crítica, son muy valoradas en el mercado laboral. Implantarlas exigiría, por descontado, un importante esfuerzo económico y de personal.

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Si hay algo en lo que están de acuerdo los responsables universitarios es en la importancia que los intercambios internacionales están teniendo en la mejora del conocimiento de idiomas. "El curso pasado, el 60% de nuestros alumnos que se marchaban de beca Erasmus, suspendió el examen que deben hacer previo a su estancia, así que financiamos un curso de 50 horas para más de 500 personas, 300 de los cuales eran de inglés", explica Inés Fernández, directora de la Oficina de Relaciones Internacionales de la Universitat. Cada alumno pagaba 65 euros, cuando el curso está valorado en 400.

Hay también ejemplos muy avanzados de inmersión lingüística en un territorio, conviene recordarlo, que parte de dos lenguas oficiales. En la Politécnica hay un grupo en inglés en Administración y Dirección de Empresas. En el campus de Tarongers de la Universitat de València existen en Derecho y en Economía. En esta última, el 10% de los alumnos de primero asisten a grupos en ese idioma. "Al principio, la gente tenía miedo y quedaban plazas libres, en cambio, ahora tenemos todas las plazas cubiertas", dice la decana de la facultad, Trinidad Casasús.

La motivación de ingenieros y economistas

La universidad no ha atendido tradicionalmente la necesidad de formar en idiomas a sus titulados, entre otras cosas, porque ha partido de la base de que los estudiantes llegan a las facultades desde Secundaria con un nivel de inglés de usuario. Con capacidad, por ejemplo, para leer bibliografía en ese idioma. Pero esa premisa no funciona en la práctica.

Los profesores se encuentran con un nivel más bajo de lo esperado, sobre todo, en las competencias orales, según un estudio elaborado por la Universitat Jaume I de Castellón.

Como posibles soluciones a esta problemática, el estudio plantea la inclusión de una prueba oral en el examen de selectividad, lo que obligaría a los profesores de Secundaria a ponerse las pilas para ejercitar esta destreza en los estudiantes.

Mientras en la Jaume I, donde el inglés es obligatorio, la capacidad de expresión conforma el 25% de la nota, en Secundaria sólo representa el 5%. Esta disparidad entre las necesidades de ambas etapas educativas perjudica al alumno: "Sabemos que las empresas valoran mucho una correcta expresión oral en inglés, por eso es tan importante ponerla en práctica", dice Inmaculada Fortanet, profesora del departamento de Estudios Ingleses de la Jaume I y una de las autoras del estudio.

También alude a que en la universidad "la heterogeneidad de los grupos, la masificación de algunos de ellos y la actitud del alumno, que muchas veces no siente esa necesidad inmediata de hablar en inglés" perjudican la enseñanza de lenguas. La profesora distingue una predisposición lingüística distinta entre alumnos de diferentes titulaciones: "Los futuros ingenieros y economistas están más motivados que los estudiantes, por ejemplo, de Magisterio, Relaciones Laborales y de otras carreras de Ciencias Sociales".

Por último, insiste en que el inglés especializado que se imparte en la universidad nada tiene que ver con la corrección gramatical buscada en Secundaria. "Aquí se trata de enseñarles a utilizar el inglés como lengua: para leer un texto científico, escribir una carta formal... Si tienen carencias lingüísticas, les dirigimos al Centro de Autoaprendizaje de Lenguas de la universidad, donde el estudiante dispone de material y asesores lingüísticos para perfeccionar su idioma", aclara.

La universidad privada CEU-Cardenal Herrera exige desde hace dos años a sus alumnos un nivel "intermedio-alto" para poder pasar del primer al segundo ciclo de cualquier licenciatura. Los estudiantes son sometidos a un examen en el que deben demostrarlo, y la universidad ofrece cursos gratuitos de inglés, de entre 60 y 90 horas de duración, para la preparación de la prueba. Tienen cuatro oportunidades al año para pasarla. Hasta ahora, nadie ha tenido que permanecer en primer ciclo por culpa de suspenderlo.

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