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Rusia integra su industria nuclear para competir en el exterior

Pilar Bonet

Rusia está reorganizando su industria nuclear con el fin de potenciar la energía atómica en el interior del país y de competir en el extranjero. El sector nuclear, civil y militar, quedará integrado en una corporación estatal (Rosatom) sometida directamente al presidente del Estado, según un proyecto de ley que tramita el Parlamento. La corporación Rosatom se inspira en el gigantesco organismo (Minsredmash o ministerio de la maquinaria media) que fue responsable de la energía nuclear en la URSS. El proyecto, aprobado recientemente por la Duma, es una iniciativa del presidente Vladímir Putin.

En la industria nuclear rusa trabajan cerca de 400.000 personas y su reorganización afecta a más de 120 empresas con actividades que van desde la obtención y el enriquecimiento de uranio a la construcción de reactores y componentes de centrales nucleares, instalación, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. Desde el punto legal, Rosatom estará lista para febrero de 2008, pero necesitará tres años de rodaje, según Serguéi Kiriyenko, responsable del sector nuclear en el Ejecutivo ruso.

Tras la desintegración de la URSS, la industria nuclear rusa llegó a estar "al borde de la desaparición", ha dicho Kiriyenko, según el cual, en 15 años, Moscú sólo pudo acabar tres reactores iniciados en la época soviética. Los tiempos han cambiado y en 2007, por primera vez en dos décadas, Rusia ha iniciado las obras de una nueva central nuclear, en la provincia meridional de Voronezh.

Más centrales

En Rusia funcionan 10 centrales nucleares con 31 reactores, que producen el 16% de la electricidad. Este porcentaje debe aumentar hasta el 20% en 2020, según las previsiones gubernamentales, que están siendo corregidas al alza. Rusia planea poner en funcionamiento 26 nuevos reactores en 2020 y hasta 40 para 2030. "En los próximos 25 años, quisiéramos construir en el extranjero una capacidad de 60 gigavatios, es decir, 60 centrales", afirmaba Kiriyenko en julio. Rusia se orienta al mercado del sureste asiático.

Una de esas centrales, situada en los montes Urales, sufrió ayer una fuga de radiación debido a un fallo de seguridad. El Ministerio de Emergencias informó del incidente y subrayó que no se habían producido daños humanos.

A Rosatom se subordinarán 15 empresas militares. También se integrará el sector civil, representado por Atomenergoprom, que agrupa a 31 sociedades de accionistas y otras 55 en vías de transformación en tales. A la entidad estatal pertenecerán también siete organizaciones de seguridad nuclear y 17 científicas. Rosatom se financiará con cuatro fondos especiales y los nombramientos directivos dependerán del presidente del Estado.

Atomenergoprom, formada el pasado agosto, pertenece al Estado en un 100%. Cualquier operación con sus activos necesita el visto bueno del presidente. Según Kiriyenko, Atomenergoprom quiere competir con los cuatro o cinco holdings internacionales que se reparten el mercado mundial de la tecnología nuclear, como Toshiba, Westinghouse, Areva y Siemens. En el sector civil, los inversores extranjeros podrán formar empresas mixtas en Rusia, con una cuota de hasta un 49%. El Estado ruso mantendrá el control.

El país tiene unas reservas de uranio exploradas de 870.000 toneladas, lo que la sitúa en tercer lugar tras Australia y Kazajstán, según Kiriyenko.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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