Moreno alerta sobre la pérdida del "espacio común" de debate

Para arraigar y consolidarse, la democracia necesita de un foro público, de un "espacio común" compartido entre los ciudadanos de un país. En este escenario, los periódicos han sido instrumentos clave para "alimentar, sostener y enriquecer ese espacio público durante los últimos 200 años".

El director de EL PAÍS, Javier Moreno, explicó así ayer la relación entre debate público, democracia y prensa durante su intervención en el Foro de la Nueva Sociedad.

"EL PAÍS está en el carril central por el que circula el debate en la sociedad"

Tras alertar sobre la fragilidad de ese espacio común, mantuvo que su ruptura puede ser peligroso. "No tanto para los periódicos como para el futuro de la democracia misma". Por eso defendió la postura de este periódico -"EL PAÍS está en el carril central por el que circula el debate en la sociedad"- al tiempo que cuestionó las políticas de comunicación del Gobierno y de los grandes partidos.

Del PP dijo que su estrategia consiste en convencer a los convencidos, desconcertar a los próximos y espantar a los contrarios, "bailando siempre al son que le marcan desde fuera editoriales y arengas radiofónicas". En esta estrategia, el PP "no ha dudado en sembrar sospechas conspirativas y mentiras" en torno al 11-M y en alinearse con quienes están interesados en "destruir todos los puentes, en romper todas todas las convivencias y poner en peligro el sistema con tal de acabar con el adversario político". Tampoco el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero escapó a sus críticas. Para Moreno, el Ejecutivo no se ha mostrado acertado a la hora de explicar su gestión, en parte porque en La Moncloa hay "una más que evidente falta de oficio" que conduce a un "fiasco de comunicación". Ilustró esta afirmación con la reciente presentación de las medidas sobre vivienda, en las escalinatas de La Moncloa, por el jefe del Gobierno y la ministra del ramo, Carme Chacón. "Zapatero fue telonero de una ministra que necesitaba un empujón electoral", algo que, en su opinión, es "inaudito según los usos de la democracia y el sentido común".

A la hora de analizar el papel de los periódicos españoles afirmó que pecan de falta de pluralidad. Enfatizó que EL PAÍS se esfuerza en ser un diario plural pese a que acciones como el boicot decretado por el PP a todos los medios del Grupo PRISA "no nos lo han puesto fácil". A preguntas de los asistentes sobre la posición de EL PAÍS en el arco político, Moreno subrayó que el periódico "no tiene candidatos ni partidos", aunque "defiende un modelo de sociedad progresista y de centro izquierda". Negó también que El PAÍS se hubiera derechizado. "Está donde tiene que estar: en la batalla de una sociedad más abierta y avanzada".

Al analizar el estado de la industria relacionada con la prensa tradicional, la de papel, constató que está atravesando por "serias dificultades", como pone de relieve el hecho de que en los últimos diez años se han volatilizado entre cinco y diez millones de lectores en toda Europa. Pese a todo, aseguró que "el periodismo no está en crisis" porque "existen nuevas herramientas que contribuyen a reforzar sus valores". La duda es si durante la transición a la epoca digital, los periódicos serán capaces de mantener el foro común de reflexión pública. A su juicio, Internet entraña peligros y uno de ellos es la fragmentación de los públicos.

Pero este fenómeno no se reduce a los medios electrónicos. La prensa, la radio y la televisión españolas sufren "un acelerado proceso de desarticulación", fenómeno que ha conducido a que periódicos como The New York Times se hayan hecho eco de la transcripción de las conversaciones entre Bush y Aznar sobre la guerra de Irak desveladas por EL PAÍS. Información que ha sido "escamoteada" precisamente por "esos mismos medios que se reclaman el derecho a dictar las pautas del comportamiento nacional".