Viva Polonia
A los catalanes, cuando hay ganas de insultar, se les llama "polacos". Algunos sostienen que los primeros polacos fueron los catalanes que llegaron a Cuba, por aquello de que hablaban una lengua extraña. Algunos catalanes han acogido irónicamente el término. En vez de molestarse, lo emplean como reconocimiento de su diferencia. Manuel Vázquez Montalbán, por ejemplo, tiene un libro que se llama Un polaco en la corte del Rey Juan Carlos. El polaco era, lógicamente, él.
Esta semana, los Ondas han dado uno de sus premios a Polònia, un programa de sátira política de TV3, de enorme éxito. Polonia, en este caso, es Cataluña, una Cataluña que, en contra del tópico, sabe desternillarse de sí misma y de todo, llena de políticos en despachos y salones tramando su supervivencia política, la zancadilla o mostrando debilidades intelectuales escandalosas. Del Rey a Montilla, pasando por la troupe de Génova, no hay indulgencia para nadie. Los actores son estupendos caricatos: con pocos trazos, dibujan el personaje, y luego los meten en unos camarotes marxianos donde, por regla general, hacen el ridículo. Pero ver estos personajes resbalando con todo tipo de pieles de plátano, sin la máscara habitual de su oficio, los hace entrañables. De hecho, los que salen retratados tragan quina con una edificante deportividad. Incluso hacen cameos. El primero fue Piqué. Había ido a ver la grabación con su hijo, un fan del programa. Y ya que estaba a tiro, le dieron un papel a papá: quería interpretar a Piqué, pero no pasaba el casting. El mejor Piqué era el impostor.
Algunos personajes de la galería de Polònia habían hecho sus pinitos televisivos en una televisión local, City TV, y luego saltaron a Antena 3. No cuajó. Al final se cobijaron en TV3 y ahí ha llegado el éxito. Polònia se hermana con Vaya semanita de ETB y Los guiñoles, ahora en la Cuatro. Son viñetas con la gracia añadida de ser humor a costa de los que mandan. No buscan víctimas fáciles. Es complicado reírse a costa de ETA (Vaya semanita) y las mayores quejas que llegan a TV3 son por los gags del Papa. Es curioso que dos de estos programas ronden por teles periféricas. Pero tienen clientela en todas partes. Algunos bocados colgados en Youtube tienen más de cien mil visitas. Una muestra de lo necesarios que son.
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