El caso de un minusválido muerto a golpes llega a juicio

Fernando Joaquín Romano Marqués nunca pudo pensar que cuando subió en un vehículo el 1 de noviembre de 2004 desde su silla de ruedas iba a acabar como acabó. Muerto a golpes en la cara, apuñalado en el cuello y la garganta y ardiendo, ya cadáver en un antiguo horno de cal. Y mucho menos que quienes acabarían con su vida sería gente a la que conocía de hace años, de historias de la mala vida, algunos con antecedentes, como él.

En la Audiencia de Barcelona empezó ayer el juicio por los hechos. Un jurado deberá decidir sobre la culpabilidad o inocencia de cuatro hombres y una mujer. Sólo ella, Judith Liarte, y otro acusado, Ayax Ruiz, están en prisión. A los otros tres se les considera encubridores y ajenos a su participación directa en el crimen. Pero el fiscal acusa a todos y reclama penas de 25 años por asesinato.

El crimen se produjo en el garaje de un chalet de La Torre de Claramunt (Anoia), donde vivían dos de los acusados. El móvil sigue siendo una incógnita, aunque todo apunta a un ajuste de cuentas. Un acusado declaró ayer que ese día iban "muy pasados" de cocaína, de alcohol y de hachís, y que Ayax Ruiz, también acusado, sin saber muy bien por qué, empezó a golpear a Romano con el mango de un hacha. Luego le remató la mujer.