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Crítica:MAZDA CX-7 2.3 SPORTIVE | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un todoterreno con estilo al mejor precio

El Mazda CX-7 es uno de los todoterrenos grandes más modernos, sugerentes y completos del mercado, y no hay ningún rival que supere su relación entre calidad, precio y equipamiento. Sin embargo, a pesar de sus virtudes nunca se situará entre los 4×4 líderes de ventas. Y es que sus brillantes argumentos en imagen, diseño interior, calidad mecánica, equipo de serie y precio quedan eclipsados por una gama exigua y poco acorde con los gustos europeos: sólo se vende con un motor 2.3 turbo de gasolina, cambio manual de seis marchas y sin opciones. Y teniendo en cuenta las tendencias dominantes entre los compradores, que buscan cada vez más modelos a la carta, su rigidez comercial no es la mejor tarjeta de presentación.

Imagen moderna y vanguardista

El nuevo Mazda presenta un diseño vanguardista que marca la diferencia con la competencia, algo poco habitual últimamente. Sustituye al Tribute y representa una evolución estética de los grandes todoterrenos ligeros -chasis de turismo y cambio sin reductora- porque aporta una imagen estilizada y prima el dinamismo para adaptarse a las necesidades de los clientes de los 4×4, que en su mayoría los utilizan sólo en asfalto y no salen nunca al campo.

El CX-7 mide 4,68 metros de largo, pero a pesar de su apariencia no es demasiado grande y parece más una carrocería familiar con suspensiones altas que un todoterreno. Seduce al instante por su modernidad e impacta por su línea afilada y penetrante en forma de cuña, que ofrece una aerodinámica casi de turismo y muy eficiente para un todoterreno (CX: 0,34). El frontal, con una gran toma de aire en la base y un parabrisas muy tendido que se prolonga en el techo, aporta un toque deportivo. La vista lateral afianza esta personalidad y es también llamativa, tanto por los resaltes de las aletas, que realzan el carácter, como por el trazo ascendente de las puertas, que reduce el tamaño del tercer cristal. El portón trasero, muy inclinado hacia delante, y la zaga, maciza y musculosa, terminan de estilizar la línea y rematan un conjunto impecable que sitúa al nuevo Mazda entre los todoterrenos de aspecto más deportivo e innovador.

El interior mantiene el estilo deportivo con un salpicadero y una consola central muy modernos que integran unos relojes circulares atractivos, detalles metalizados y

materiales vistosos. La postura al volante es casi de turismo y está bien acabado, pero aunque la altura por dentro no es generosa, ofrece un habitáculo desahogado, con unas butacas delanteras amplias y unas plazas traseras correctas en espacio para las piernas. El maletero y unos huecos para objetos correctos completan su sentido práctico como coche familiar y añade también un tacto mecánico muy sedoso, unas suspensiones con un buen equilibrio entre estabilidad y confort, y una insonorización impecable que convierten los viajes en un placer.

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Versión única muy bien equipada

El CX-7 se vende en versión única con motor 2.3 turbo de gasolina (260 CV) y cambio manual de seis marchas. Las prestaciones equivalen a las de un propulsor de cuatro litros y son superiores a lo habitual en estos coches. Y se completan con un comportamiento más ágil y cómodo. Pero hasta finales de 2008 no tendrá versión turbodiésel, un nuevo 2.2 de 170 CV, ni cambio automático, lo que penalizará sus ventas. Una lástima, porque la oferta del CX-7 resulta imbatible por su relación entre precio, tamaño y equipamiento. Así, cuesta 37.000 euros, casi 12.000 menos que un BMW X3 equivalente, y viene de serie con todo lo importante: seis airbags, ABS y control de estabilidad, climatizador, ordenador de viaje, control de velocidad, radio-CD con mandos en el volante y los accesorios eléctricos habituales. Pero añade además algunos extras opcionales en casi todos sus rivales, como asiento del conductor con reglajes eléctricos, tapicería de cuero, faros de xenón, sensores de lluvia y faros, acceso y arranque sin llave, llantas de aleación de 18 pulgadas y hasta techo solar y un equipo de música Bose con cargador de seis CD. Y no hay ningún competidor que dé tanto valor por ese precio.

Conclusión

El CX-7 es un todoterreno a la última que seduce por su imagen y convence por su relación entre precio, prestaciones y equipamiento. Tiene una línea afilada y vanguardista, un interior moderno y un comportamiento eficaz. Aparte de correr mucho, incluye un equipo de serie al detalle y es cómodo y silencioso para viajar. Pero sólo se vende con un motor de gasolina que penaliza el consumo y limita su interés comercial.

EQUIPAMIENTO IMBATIBLE

No hay ningún todoterreno del tamaño del CX-7 que incluya un equipo de serie tan completo y unos precios tan competitivos.El 4×4 de Mazda cuesta casi 12.000 euros menos que el X3 equivalente, y aunque el BMW tiene unas aceleraciones algo mejores, no incluye detalles como tapicería de cuero, techo solar y otros, de serie en el CX-7. La diferencia con el Murano sube a 13.700 euros, y el Nissan corre menos y gasta más. En cambio, incluye también tapicería de cuero, cargador de seis CD, y añade navegador y cámara trasera para aparcar. El CX-7 deja en evidencia a los Lexus RX 350 y VW Touareg, que son nada menos que 18.600 y 19.300 euros más caros. El primero incluye cambio automático con reductora, faros activos y un airbag más, y los dos tienen una imagen de marca superior, pero su equipo de serie no justifica un sobreprecio tan abultado frente al Mazda.

AMBIENTE MODERNO Y ACOGEDOR

El vanguardismo estético que muestra por fuera el CX-7 no se traslada de forma tan clara al interior, aunque ofrece un habitáculo moderno y bien presentado. El tacto del volante, los relojes circulares del cuadro y el diseño del conjunto refuerzan un estilo deportivo y vistoso. Y las tapicerías de cuero terminan de definir un interior bien acabado, aunque se echan de menos los plásticos mullidos del salpicadero, que reducen las lesiones en los accidentes.La posición de conducción es casi de turismo e incluso de cupé, porque se va sentado bajo y casi tumbado. En cambio, los asientos delanteros de cuero no sujetan bien en las curvas. Y las plazas traseras no son tan flexibles como las de otros todoterrenos modernos: la banqueta no se desliza en longitud ni los respaldos se regulan en inclinación. Al menos el pasajero del centro no tiene el molesto túnel de transmisión de otros 4×4 en los pies, lo que mejora su confort. Y los respaldos se abaten fácilmente con un tirador situado en la zona de carga y amplían la capacidad de 455 a 774 litros. Además, la base del maletero es reversible y tiene dos caras, una de moqueta y otra de plástico lavable. La zaga alta y ancha con una luneta pequeña y las dos salidas de escape realzan la deportividad del CX-7 visto por detrás.

El diseño exalta el carácter y la deportividad del CX-7, que ofrece un frontal afilado y unas aletas muy marcadas. El portón trasero inclinado hacia adelante y la silueta del tercer cristal lateral estilizan la figura.
El diseño exalta el carácter y la deportividad del CX-7, que ofrece un frontal afilado y unas aletas muy marcadas. El portón trasero inclinado hacia adelante y la silueta del tercer cristal lateral estilizan la figura.CÉSAR LUCAS ABREU

VALORACIÓN

MOTOR

te

Velocidad punta

Aceleración

Muy bien

Frenos

Seguridad

Posición conducción

Sonoridad

Habitabilidad

Maletero

Diseño

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