Garzón encarcela a seis de los detenidos por actos de violencia callejera

El juez Baltasar Garzón ordenó ayer la prisión incondicional para seis de los siete detenidos esta semana por formar parte de un talde Y de apoyo a ETA que actuaba en la comarca de Uribe-Costa (Vizcaya) y que es responsable de 11 acciones de kale borroka o terrorismo callejero desde 2004.

El juez, tras tomar declaración a los siete detenidos, decretó su ingreso en prisión y señaló que Aner Mimenza, Cicatriz y Escorbuto, y Lander Labajo, Goofy, eran los dinamizadores del grupo y que recibían las instrucciones directamente de ETA. Sin embargo, el responsable del talde, según el auto del magistrado, era Mikel de Gregorio, Negre, mientras que Joseba Elorriaga, Pesqui, era su lugarteniente y sustituto en caso de ausencia. El grupo estaba integrado también por Txomin Guerzuraga, Josu Rodríguez Mallaviarrena, Nécora; Mikel Recarte y Jon Rosales, aunque estos dos últimos aún no han sido detenidos.

El juez, a petición del fiscal, ha dispuesto que Rodríguez ingrese en un hospital penitenciario debido a que padece un trastorno bipolar. También ha dejado en libertad bajo fianza de 6.000 euros al séptimo detenido, Zigor Goikoetxea, que no formaba parte del grupo, aunque participó en una de las acciones, el corte de la catenaria del metro de Bilbao, el pasado día 11.

Los demás han participado en la quema de cajeros automáticos de entidades bancarias y contenedores, en el lanzamiento de cuatro artefactos a una sucursal de Mapfre, en Getxo, en el ataque a un batzoki del PNV o en el intento de lanzamiento de cócteles mólotov contra el domicilio de un concejal socialista de Berango.

La policía, que el jueves halló en dos zulos material empleado por los terroristas callejeros, busca a Jon Rosales y a Mikel Rekarte por su presunta pertenencia al grupo y por su participación en los actos de violencia callejera, informa Aitor Guenaga.

En la operación, los agentes de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Bilbao hallaron en un zulo en el monte recipientes con ácido sulfúrico, un bote de laca, dos cócteles, y en un depósito oculto tras unos matorrales, una garrafa de cinco litros de gasolina, además de siete neumáticos.