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El cheque-bebé sale adelante en el Congreso sin el apoyo de PP y CiU

La ayuda de 2.500 euros por hijo empezará a cobrarse en Navidades

Fue criticada por todos los grupos, menos el PSOE, pero al final salió adelante sin un solo voto en contra. La paga de 2.500 euros por hijo -3.500 para familias numerosas y monoparentales- fue apoyada por todos los grupos del Congreso menos PP y CiU. El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, prometió que la paga empezará a pagarse antes de que acabe el año, en Navidades. Sólo valdrá para los niños nacidos después del 1 de julio.

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Uno tras otro, los portavoces fueron subiendo a la tribuna después de que Caldera expusiera las excelencias de la ley para criticar la medida. Electoralista, puntual, sin efectos reales sobre la natalidad, precipitada... Sin embargo, a la hora de la verdad, se trata de repartir más de 1.200 millones de euros para las madres de los 480.000 niños que nacen cada año en España, y ningún grupo quiso asumir la responsabilidad de votar en contra.

PP y CiU se abstuvieron sobre todo porque pedían más. Querían que la medida se aplicara desde el 1 de enero de 2007, cuando comienza el año fiscal -puesto que se trata de una desgravación, aunque se pueda adelantar su pago-. Al principio de la negociación, todos los grupos reclamaban esta ampliación, que suponía un coste extra de 600 millones de euros. Sin embargo, Diego López Garrido, el portavoz socialista, negoció con ERC mejoras para familias numerosas y otras con escasos recursos -más de 140 millones de euros adicionales- y con IU-ICV compromisos para lograr la gratuidad en la educación de 0 a 3 años.

Caldera -cuya intervención fue seguida atentamente por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que no quiso perderse la aprobación de su anuncio estrella en el debate sobre el estado de la nación-, dijo que la ley coloca a España a la cabeza de Europa y desgranó todas sus bondades, especialmente una de las más criticadas por la izquierda: que no está sujeta a ningún tipo de condicionamiento -fiscal, contributivo- y por tanto no distingue entre ricos y pobres, todas las madres tienen el mismo derecho a pedirla. Además, se mostró convencido de que el nuevo derecho aumentará la tasa de natalidad.

La iniciativa se tramitó por vía de urgencia y en lectura única, y ayer pasó directamente al Senado, por donde discurrirá también a toda velocidad. Según Caldera, el cobro de los 2.500 euros para los niños ya nacidos o adoptados desde el 1 de julio comenzará antes de final de año.

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BNG, PNV e IU-ICV criticaron especialmente que las ayudas no tengan en cuenta la renta de quienes las perciben. Carme García, de IU-ICV, mostró su indignación: "Anunciar cheques nunca ha sido una política de izquierdas. ¿A qué creen que dedicarán los nietos de Emilio Botín los 2.500 euros?", se preguntó. Tras recordar el "demoledor" dictamen del CES sobre el proyecto, García aseguró que las políticas europeas se orientan hoy a fortalecer las redes sociales y educativas y a la implantación de medidas de conciliación laboral. Por eso se congratuló de que IU-ICV haya pactado con el PSOE destinar 100 millones de euros en los Presupuestos de 2008 para plazas de guarderías gratuitas.

Georgina Oliva, de ERC, insistió en la misma línea: "El PSOE siempre criticó la política del cheque por considerarla de derechas. ¿No se acuerdan que las izquierdas combatimos a las derechas por esta cuestión en la Ley de Dependencia? ¿Han dejado de ser socialistas o es que estamos en campaña electoral? La verdad, no sé qué es peor. Lo verdaderamente eficaz es una política integral que contemple servicios de escolarización de 0 a 3 años, medidas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral, descuentos en los transportes...".

El portavoz de CiU, Carles Campuzano, fue uno de los más duros: "Tenemos la sensación de que con estos anuncios nos acercamos más a Venezuela que a Suecia. Nos acercamos más a aquellas políticas basadas en el clientelismo que en las que el Estado del bienestar es el fruto de un equilibrio entre derechos y deberes del conjunto de los ciudadanos".

Miguel Barrachina, del PP, defendió una propuesta alternativa que llevaba la ayuda a 3.000 euros como mínimo y fue rechazada. El portavoz de la oposición calificó la medida de "aguinaldo" navideño que pretende hacer olvidar "el fracaso" de las políticas de familia del PSOE.

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