_
_
_
_
Reportaje:

Del corazón de Europa a Bagdad

Comienza en Bruselas el juicio contra la célula que reclutó a la primera terrorista suicida europea de Irak

Ana Carbajosa

Sucedió todo a pocos metros de los edificios de la Comisión Europea en Bruselas. Mientras los políticos europeos llenaban documentos con hipótesis sobre por qué no deja de crecer el número de europeos que viajan hasta Irak para hacerse saltar por los aires, el belga Pascal Cruypennick ya no se afeitaba la barba y frecuentaba la vecina mezquita del cincuentenario. Más tarde se uniría a la célula que embarcó a Muriel Degauque, ayudante de una panadería, belga de 38 años convertida al islam, hasta Irak a finales de 2005 para cometer un atentado suicida en nombre de Alá.

Ayer dio comienzo en Bruselas el juicio contra Cruypennick y otros cinco presuntos miembros de la célula de reclutamiento de origen tunecino y marroquí que operaba en Bélgica. Casi todos con pasaporte belga y de edades entre 29 y 34 años, están acusados de pertenecer a una organización terrorista y de falsificar documentos, entre otros delitos.

Hasta 108 carpetas, cientos de horas de escuchas telefónicas y 22 comisiones rogatorias a Arabia Saudí, Tailandia y Estados Unidos forman la documentación policial que explica cómo la mujer belga acabó por activar su cinturón de explosivos al pasar junto a un convoy militar estadounidense cerca de Bagdad. El ataque no produjo más víctimas que la propia Degauque.

Pierre Hendrickx, presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal de Bruselas, explicó ayer que el collage de escuchas, mensajes de teléfono y de Internet han dibujado un cuadro "un poco impresionista" en el que aparece "un grupo de terroristas que utilizaba documentos falsos, que mantenía contactos con militantes islamistas en varios países y que gestionaba el reclutamiento y envío de candidatos al suicidio".

El juicio durará cuatro semanas, y la sentencia podría condenar a Bilal Sourghi, el organizador del grupo, a 10 años de cárcel. La justicia belga ya envió el año pasado a 11 islamistas a prisión por su participación en los atentados de Madrid en 2004 y Casablanca, en 2003.

El diario La Libre Belgique desvelaba ayer cómo Bilal Sourghi, el jefe de la célula encarcelado en una prisión de Bruselas, tenía hilo directo con Siria, en concreto con un tal Abu Mazen, relacionado a su vez con Abu Musab al Zarqaui, antiguo jefe de Al Qaeda en Irak. Apenas una hora después de que Muriel Degauque activara sus explosivos, Abu Mazen llamó por teléfono a uno de los seis acusados, Cruypennick, un belga convertido al islam de 34 años, y le comunicó que "se ha cumplido lo previsto".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Cruypennick, con antecedentes penales por robo, quería ser carnicero, pero acabó saltando de un trabajo a otro durante años. En 2001 abrazó la fe de Mahoma, según publicaba ayer la prensa belga, debido al contacto que mantenía con los vecinos de Saint-Josse, un barrio de fuerte presencia inmigrante que linda con los edificios de las instituciones comunitarias. Más tarde, el Gobierno de Arabia Saudí habría financiado su peregrinaje a La Meca.

Las escuchas telefónicas demuestran que Cruypennick le comunicó a su novia, una joven ruandesa de 18 años, poco después del atentado, que "Myriam

[nombre musulmán de Muriel] ha partido con Alá", que se preparara ella también para partir, y así "acceder a la vida verdadera".

Tres presuntos miembros de la célula terrorista belga, ayer, durante el inicio del juicio en un tribunal de Bruselas.
Tres presuntos miembros de la célula terrorista belga, ayer, durante el inicio del juicio en un tribunal de Bruselas.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_